Esta es una posibilidad que considera el analista australiano John Pilger, en un artículo y un documental de la agencia noticiosa Al Jazeera. Dicho sea de paso, Al Jazeera estuvo a punto de ser bombardeada por el presidente George Bush durante la guerra de Irak, porque le molestaba la cobertura de Al Jazeera; no lo hizo porque lo convenció su amigo Tony Blair, que era más inteligente. Pero sigamos; Pilger habla de la posibilidad de una guerra entre Estados Unidos y China, facilitada por la política agresiva del presidente Donald Trump.
Trump ha sido tratado de tonto por algunos periodistas, pero no lo es: tiene un cociente intelectual muy alto. Tiene también, y esto es alarmante, una conducta muy agresiva, tanto para los negocios como para la política, que él no distingue del todo. Sobre el modo de triunfar en los negocios, Trump publicó en el 2009 un libro muy vendido, con el título Piense en grande y patee en el culo (Think Big and Kick Ass). Kick ass (patear en el culo) es una expresión que significa algo así como ganar por goleada. Significa también, haciendo de lado la vulgaridad, entender el triunfo como consecuencia de una competencia agresiva, algo inaceptable como principio de política internacional.
Hasta el momento, esa agresividad no ha dado buenos resultados ni los promete mejores. ¿Qué sentido tiene levantar un muro con México e ignorar un tratado internacional? El Gobierno mexicano libra una lucha a muerte contra el crimen organizado; crearle problemas a ese Gobierno es darle facilidades al crimen organizado.
Las negociaciones permitieron llegar a un acuerdo con Irán sobre la cuestión nuclear; el acuerdo se ha cumplido y repudiarlo significa aumentar las posibilidades de guerra en Cercano Oriente. El rompimiento con Irán puede hacer imposible una negociación con Corea del Norte. El dictador, pese a todas sus bravatas, está dispuesto a negociar un acuerdo para unificar y desmilitarizar las dos Coreas. Esto piensan estadistas avezados como Jimmy Carter; Trump prefiere una confrontación que puede tener consecuencias terribles para millones de civiles.
Aunque catastrófica, una guerra contra Corea no será tan catastrófica como una guerra contra China. “El peligro chino” ha sido una consigna repetida de la desinformación política. Sin embargo, como señala Pilger, China no tiene una sola base militar fuera de su territorio, mientras que los Estados Unidos tiene cuatrocientas, que rodean el país asiático y desde donde se lo puede atacar. Además, la mayor parte de la flota de guerra norteamericana se ha enviado al Asia y el Pacífico, en el mayor desplazamiento de fuerza naval visto desde la Segunda Guerra Mundial.
El desplazamiento comenzó con Obama, como consecuencia de su política de “pivot al Asia”, y ha continuado con Trump, quien declaró en uno de sus explosivos discursos: “No podemos permitir que China siga destruyendo nuestro país, que es lo que hace”. Como señala Pilger, las relaciones económicas han sido beneficiosas para los dos países, así que la acusación carece de fundamento. Sin embargo, ese tipo de acusaciones y el despliegue militar norteamericano han llevado a China a reforzar su ejército. La guerra no es inevitable, pero tampoco imposible.