El historiador Herib Caballero Campos compartió el documento firmado un día como hoy, pero hace 157 años en el que el vicepresidente del Paraguay, Francisco Sánchez, dispuso que la capital de Paraguay se debía trasladar a Luque, en el marco de la Guerra de la Triple Alianza.
“Un día como hoy, en 1868, comenzó el éxodo de la población asuncena hacia Luque y otras localidades, tras el paso de la flota brasileña por Humaitá. El gobierno daba un plazo de 48 horas para que los habitantes abandonaran sus hogares y además se ejecutaría a los que saquearan las casas”, recordó.
Por esa época, los brasileños recuperaron la provincia Mato Grosso y cerraron de esta manera el círculo de hierro en torno al Paraguay.
El 18 de febrero de 1868, a las 03:30 de la madrugada, la escuadra acorazada brasileña bombardeó Humaitá y los batallones de los aliados apoyaron la acción naval, ocasionando la rotura del Paso Humaitá, que por meses detuvo el avance de los enemigos.
Sepa más: Buscan declarar patrimonio cultural para sitio histórico de la Guerra Grande
Le puede interesar: La Guerra de la Triple Alianza fue un “genocidio planificado”
El presidente Francisco Solano López comunicó sobre todos estos hechos al vicepresidente Sánchez y ordenó inmediatamente la evacuación de Asunción hacia Luque, donde se estableció la administración política del Estado.
La mayoría de la población fue hacia un destino incierto: los varones, como integrantes del Ejército, y las mujeres, con sus niños, acompañaban a sus padres, esposos y hermanos soldados. Esto les valió el nombre de residentas, pues residían de manera esporádica donde se establecía el Ejército combatiente.
Antes de abandonar la ciudad, varias señoras que aún conservaban algunas de sus joyas más costosas, que no habían donado a la causa patriótica, decidieron enterrar sus reliquias y alhajas, mientras que las demás llevaron consigo sus mejores y más valiosas pertenencias.
Ya en Luque, muchos músicos profesionales que incursionaron en las escuelas de banda de la Policía o del Ejército fueron grandes animadores de las tropas durante la Guerra Grande, según reveló a Última Hora el historiador Martín Ocampo.