Por Rodrigo Houdin - @rodrigohoudin
Fotos: Fernando Calistro.
Multimedia: Fabián Fleitas.
Al llegar al fortín, es probable que empiecen a aparecer recuerdos de cuentos, anécdotas e historias que escuchamos sobre la Guerra del Chaco. Los vestigios de la batalla se observan metros antes de llegar a lo que fue el lugar donde miles de soldados perdieron su vida en defensa de su patria.
Los árboles visten cicatrices de las heridas de balas y el campo de batalla con sus trincheras casi desaparecidas remonta a lo que fue la contienda donde se dio una de las más heroicas batallas de la guerra por el Chaco Boreal, disputada entre Paraguay y Bolivia.
En un recorrido de aproximadamente una hora y unos 500 metros, la “Tuca” (especie de protección subterránea), los improvisados puestos de francotiradores dentro de árboles de Samu`u y los cementerios, dan una experiencia más próxima de lo que fue la batalla.
En el lugar conocido como Fortín Boquerón se encuentra, además, un museo donde se guardan armas, utensilios, restos de vehículos, documentos y fotografías de la Guerra del Chaco. No existe mejor sitio para hablar de lo que fue el conflicto y la paz, ya que este fue el lugar donde se produjo la chispa que dio origen a la guerra entre ambos países.
El terreno que hoy se constituye en un lugar de recordación y sede de festivales patrióticos ya no es el mismo, pero lleva consigo miles de historias y recuerdos que de a poco se apagan con la desaparición de los ex combatientes de la batalla por el Chaco.
Si bien el Chaco es paraguayo, resulta penoso saber que este santuario de gloria pertenece a colonos menonitas, como lo explica Carlos Agüero, encargado del museo desde hace más de 12 años.
Si no hubiese existido la guerra no se hablaría de la Paz del Chaco, conmemorada cada 12 de junio desde 1935, fecha en que se produjo la firma del protocolo de paz entre ambos países, en la ciudad de Buenos Aires.
La primera batalla de la Guerra del Chaco
La batalla en el Fortín Boquerón (9 al 29 de setiembre de 1932), a inicios de la guerra entre Paraguay y Bolivia (1932-1935), fue la primera de este litigio. Numerosos escritos la mencionan como una de las más decisivas del conflicto que culminó con la recuperación, por parte del Paraguay, del Chaco Boreal. Ambos países firmaron el protocolo de paz el 12 de junio de 1935.
Las bajas que tuvo la tropa paraguaya en el intento de recuperar el Fortín Boquerón, tomado por los bolivianos en el 31 de julio de 1932, dejó al descubierto la desventaja táctica e inexperiencia de los mismos ante los “pilas”, como los bolivianos llamaban a los paraguayos.
Sin embargo, esta situación obligó a replantear las estrategias y culminó con la más valiosa victoria de la Guerra del Chaco.
El general Raimundo Rolón Villasanti, presidente del Paraguay en 1949 y autor de los dos tomos de Historias de la Guerra del Chaco, denominó a la Batalla de Boquerón como la Batalla Escuela.
El escritor norteamericano David Zook, en su libro La conducción de la Guerra del Chaco, deja en evidencia la diferencia de preparación que tenían las tropas paraguayas respecto de las bolivianas: “Las tropas bolivianas eran veteranas, con cerca de dos años de servicio en el Chaco” (p.133).
A pesar de tener inexperiencia en el terreno chaqueño y las diferencias en la preparación de los pelotones paraguayos, las tropas bolivianas levantaron la bandera de rendición el 29 de setiembre de 1932.
Varios escritos señalan que esta victoria hizo que la moral de los combatientes se elevara y se erradicó el pensamiento de que era una guerra contra un enemigo superior y poderoso.
Las tropas paraguayas, bajo la dirección de José Félix Estigarribia, recuperaron el valioso fortín el 29 de setiembre de 1932.
La lección de Boquerón se convirtió en una de las más decisivas de la Guerra por el Chaco Boreal y uno de los importantes factores que obligaron a los bolivianos a retroceder en sus deseos de apoderarse de este territorio.
Bolivianos aún reclaman el Chaco como suyo
Un peculiar mensaje se encuentra en el libro de visitas del Fortín Boquerón. El pasado 1 de mayo del 2013, una visitante de nacionalidad boliviana escribió: “Después de recuperar nuestro mar con Evo, recuperaremos nuestro Chaco Boreal ¡Prepárense!”.
Carlos Agüero, encargado del Fortín, que es sostenido financieramente por la Gobernación de Boquerón, recuerda que la visitante llegó con apremios, ya al cierre del horario permitido para visitas, y luego de dejar el mensaje se retiró. Esto causó el malestar de posteriores turistas.
Publicaciones periodísticas e incluso programas de estudio de los colegios bolivianos mencionan a este territorio como boliviano pero en manos de Paraguay.
¿Cómo llegar?
A unos 450 kilómetros de Asunción (unas 6 horas y media en automóvil), en el departamento de Boquerón, Región Occidental, se sitúa el antiguo fortín.
Se debe tomar la ruta Transchaco (9) hasta el desvío a la colonia Neuland. En la colonia se continúa por el asfalto hasta donde termina la zona urbana. Ahí se toma la última calle a la mano izquierda. A unos 28 kilómetros de camino de todo tiempo se llega hasta una estación de servicio, donde se vuelve a tomar la mano izquierda. A un 1 kilómetro está el acceso al fortín.