Radiografía forestal. La gran cantidad de árboles añosos suele representar un riesgo para los transeúntes, sobre todo quienes utilizan plazas.
En el caso del Parque Carlos Antonio López, son varios los árboles que muestran el paso de los años y cuyas ramas crujen con los ventarrones.
Incluso de vez en cuando pedazos de ramas caen al caminero usado por decenas de personas cada día.
Si bien en su momento hubo un censo de árboles del sitio, debe ser actualizado, comenta el responsable de Áreas Verdes de la Municipalidad de Asunción, ingeniero Armando Ariel Becvort.
Comentó además que realizarán la verificación in situ, para proceder al derribo de los árboles que tienen riesgo de caída debido a los años.
En toda Asunción hay muchos árboles cuyo ciclo de vida ya se cumplió. Citó como ejemplo el chivato, una planta introducida al país, cuyo tiempo de existencia es de 30 a 40 años.
“El chivato es una especie introducida que se trajo en su momento por su lindo colorido, pero ya tienen 35, 40 años en muchos casos. Y este es un árbol que en su hábitat normal vive hasta 60. Pero acá en ambiente urbano, digamos que 30 años”.
La idea, dice Becvort, es llevar adelante un trabajo multidisciplinario con otras instituciones.
“Como encargado de área moderna, estoy planteando un proyecto en el que tendría que ser interinstitucional el abarcar el trabajo. Me refiero a un trabajo coordinado”.
La intención es involucrar al Infona para validar el estudio fitosanitario que permita derribar los árboles con peligro de caída.
Sobre todo teniendo en cuenta la susceptibilidad de quienes se oponen a que sea realizada dicha tarea.
“Eso representa un peligro. Entonces, es un trabajo que estamos nosotros queriendo hacerlo de forma interinstitucional para que el ciudadano se sienta tranquilo de que se va a derribar porque ya corresponde hacerlo”, especificó.
El funcionario municipal hizo especial énfasis en cómo vecinos o personas particulares muestran su resistencia a que la planta sea echada.
Relató que por más que el tronco esté carcomido y sean dados suficientes argumentos técnicos para que la planta sea derriba por el riesgo que representa, la negativa de la gente sigue siendo tenaz.
“Hay muchos árboles que sí o sí tienes que reemplazar porque ya llegó a su periodo de vida útil, sobre todo los eucaliptos que tenemos en la ciudad”, agregó.
Los eucaliptos y los chivatos son las especies que más suelen caerse, especialmente a causa de fenómenos naturales.
Tanto en el Parque Caballero como en la Plaza Uruguaya ya fue realizado un censo de los árboles. Ello ya permite saber cuáles son los que están con posibilidad de venirse abajo.
Incluso tienen como proyecto en un futuro cercano colocar un código QR a los árboles más representativos para que los visitantes, al caminar por los espacios públicos, puedan conocer un poco más de la especie.
“Queremos replicar en todos los espacios públicos que son 250 plazas, plazoletas y parques. En el caso del Parque Carlos Antonio López sería uno de los primeros en ser abordado en cuanto al censo y identificación de especies”, adelantó el responsable de áreas verdes del Municipio.
En el caso del Parque Carlos Antonio López, además del riesgo de las ramas ya secas y troncos devorados por las termitas, son urgentes las reparaciones en su infraestructura. Hay promesas de hacerlo este año.
