Los científicos del Archivo de Arte Antiguo, que tomaron miles de fotos de alta tecnología para escanear el techo de la cueva en Alabama y crear un modelo 3D, hallaron miles de estos dibujos, incluidas varias imágenes de tamaño natural.
Se trata de la primera vez que el Archivo de Arte Antiguo, una entidad sin ánimo de lucro con sede en Tennessee, prueba la llamada fotogrametría como herramienta de descubrimiento.
Según el archivo, “también son las imágenes de arte rupestre más grandes descubiertas hasta ahora en las Américas”.
El tamaño además está a la altura de algunas de las pictografías y petroglifos más grandes del oeste estadounidense, señala.
Estos dibujos de arte rupestre representan también el grupo más grande realizado por desconocidos nativos americanos antes de la llegada de los exploradores españoles.
“No los hemos visto antes, no conocemos la identidad de estos antiguos antropomorfos del arte rupestre”, expresa el arqueólogo Jan Simek, de la Universidad de Tennessee y miembro de la junta del Archivo de Arte Antiguo.
“Como no hemos visto ninguno similar antes, no conocemos la identidad de estos antiguos antropomorfos del arte rupestre”, detallan Simek, Stephen Álvarez y Alan Cressler, los autores de la investigación, publicada esta semana por la Universidad de Cambridge.
Aseguran que no son personajes reconocibles de historias de nativos americanos del sureste registradas etnográficamente, ni de materiales iconográficos conocidos arqueológicamente.
Sin embargo, agregan, comparten ciertos temas con otras artes rupestres regionales conocidas, como antropomorfos vistiendo atuendos y serpientes de cascabel.
“Probablemente representan personajes de narraciones religiosas previamente desconocidas, probablemente del período Middle Woodland”, que va desde aproximadamente el año 1000 a. C. hasta el contacto con los europeos en el oriente de Norteamérica.
“Los aspectos más llamativos de estas imágenes de arte rupestre son su tamaño y contexto”, detallan.
“Se encuentran las imágenes de arte rupestre más grandes conocidas en América del Norte. Son tan grandes que los creadores tuvieron que crear las imágenes sin poder verlas en su totalidad”, indican.
Los expertos señalan que sabían de la existencia de los dibujos, “pero eran tan débiles que era imposible distinguir las imágenes completas”.
Para construir el modelo 3D se requirió unir más de 16.000 fotografías superpuestas.
Álvarez pasó meses arrastrándose por el suelo de la cueva tomando todas esas fotografías, y luego meses más en la oficina construyendo un modelo detallado de la cueva.
El experto eligió la fotogrametría en lugar de otra opción de modelado 3D debido al duro entorno de la cueva, con varios días trabajando sobre charcos profundos de agua, que echarían a perder equipos de otras técnicas.
La organización ha utilizado también la fotogrametría para crear experiencias de realidad virtual de cuevas y sitios con arte rupestre de todo el mundo.
Según la entidad, el sureste de Estados Unidos tiene más de diez mil cuevas, pero el área no es muy conocida por el arte rupestre a pesar de que los habitantes indígenas lo crearon en abundancia.
Agrega que estas pinturas se enfrentan a la abundante humedad y las lluvias, que degradan rápidamente la mayor parte del arte rupestre.
Cressler, fotógrafo y explorador de cuevas, fue el primero en detectar obras de arte en la cueva, que es conocida con el número 19 (aleatorio asignado para proteger su identidad).
Junto con Simek han trabajado por más de veinte años en la cueva e indican que aun queda mucho trabajo por hacer porque miles de imágenes aún no han sido catalogadas.