Según publicó este miércoles la revista científica Nature, la galaxia SPT0418-47 es sorprendentemente parecida a la Vía Láctea y resulta de gran interés porque, dada su gran distancia a la Tierra, la luz que nos llega ahora de ella nos la muestra en un estado inicial de su formación, con una décima parte de su edad actual, cuando el universo apenas tenía 1.400 millones de años.
Esta distante “hermana”, pese a que aparentemente no tiene brazos espirales, comparte dos características esenciales con la Vía Láctea: un disco rotatorio y un gran grupo de estrellas concentradas de forma compacta alrededor de su centro, la llamada protuberancia.
Se trata de la primera vez que se pudo analizar una protuberancia en un estadio tan primitivo, señala por su parte en un comunicado el Observatorio Europeo Austral (ESO), ya que el descubrimiento se hizo desde instalaciones de las que es socio este centro en el desierto de Atacama (Chile).
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“Este resultado es un hito en el campo de la formación de galaxias, al mostrar que las estructuras que observamos en las galaxias de espiral próximas y en nuestra Vía Láctea ya estaban hace 12.000 millones de años”, explicó Francesca Rizzo, líder de esta investigación y doctoranda en el Instituto Max Planck de Astrofísica de Alemania.
CONTRADICIENDO LA TEORÍA
El descubrimiento es asimismo relevante porque SPT0418-47 no es en absoluto caótica, lo que contradice las teorías que propugnaban que todas las galaxias eran turbulentas e inestables en los primeros compases del universo, sin las estructuras que se encuentran habitualmente en las más maduras, como la nuestra.
“Lo que descubrimos nos dejó bastante perplejos”, agrega la coautora Simona Vegetti, investigadora del Instituto Max Planck de Astrofísica. “A pesar de que se estaban formando estrellas a gran velocidad, y ser por tanto el lugar de procesos altamente energéticos, SPT0418-47 es el disco galáctico mejor ordenado que se ha observado en una fase inicial del universo”, agregó.
“Este resultado es bastante inesperado y tiene importantes implicaciones sobre cómo creemos que evolucionan las galaxias”, señaló Vegetti. Puede ser, indican estos investigadores, que el universo no fuese un lugar tan caótico como se creía tan poco tiempo después del “Big bang”.
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Los modelos teóricos también apuntaban que una galaxia tan distante en el espacio y el tiempo tendría que ser bien distinta a la Vía Láctea, pero es realmente “bastante similar a las galaxias más próximas”, aseguró el coautor del estudio, Filippo Fraternali, del Instituto Astonómico Kapteyn, de la Universidad de Groningen.
Los investigadores advierten, no obstante, de que prevén que SPT0418-47 evolucione hasta convertirse en una galaxia muy diferente a la Vía Láctea, dentro de la categoría elíptica.
UNA LENTE GRAVITACIONAL
Incluso los telescopios más potentes son incapaces de permitir un estudio detallado de galaxias tan lejanas como SPT0418-47. Pero el equipo científico superó este obstáculo utilizando una galaxia cercana como un cristal de aumentos.
Este efecto, llamado lente gravitacional, consiste en aprovechar la fuerza gravitacional de una galaxia intermedia para distorsionar la luz de la que se desea estudiar ampliando su imagen.
“Cuando vi por primera vez la imagen reconstruida de SPT0418-47 no lo podía creer: el cofre del tesoro se abría”, asegura Rizzo.
El estudio de estas galaxias distantes, subrayó la ESO, es “fundamental para nuestra comprensión sobre cómo las galaxias se han formado y evolucionado”. Analizarla es volver a la infancia de estas galaxias.
Próximas investigaciones deberán ahora establecer si este tipo de galaxias estables pese a encontrarse en una fase inicial son frecuentes, reescribiendo las teorías sobre la conformación y evolución de las galaxias.