La dueña del Aparthotel Dubrovnik, de diez plantas y que colapsó en la madrugada del martes, es la segunda víctima mortal encontrada hasta ahora. La primera fue el jubilado Federico Ciocchini, de 84 años, cuya pareja, Josefa Bonazza, se encuentra en estado crítico.
“Les puedo confirmar que se trata de Rosa, lo sabemos por la confirmación de la familia a través de un tatuaje que ella tenía en el brazo derecho”, dijo el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Javier Alonso, en declaraciones a la prensa en el lugar de los hechos.
Los equipos de rescate siguen buscando personas entre los escombros y, aunque no se conoce el número exacto de desaparecidos, se presume que podrían ser en torno a siete.
Tras 56 horas de trabajo ininterrumpido, Alonso informó de que para rescatar a la propietaria del hotel los equipos especializados cavaron un túnel y que, al retirar el cuerpo, detectaron peligro de colapso en la estructura.
“Sabemos que ahí hay más gente, pero tenemos que tener seguridad para poder avanzar”, agregó el responsable de Seguridad bonaerense.
Unas 300 personas de los servicios de emergencias continúan con las tareas de búsqueda y rescate, entre ellas bomberos rescatistas, policías y brigadas de perros K9.
Además se están utilizando drones y grúas para remover el hormigón.
Pese a contar con maquinaria para el retiro de material, parte de las labores se realizan a mano por temor a que el movimiento general del escombro y desmonte pueda provocar más daños a las personas atrapadas.
Según el ministro, se retiraron 150 metros cuadrados de hormigón en tres días y están evaluando las posibilidades de “retomar la estrategia del túnel” para rescatar a más personas.
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Alonso destacó que la investigación avanza de forma “minuciosa”, con audiencias de los “diferentes actores involucrados”, para tratar de establecer responsabilidades entre las “diferentes personas que pasaron por la obra”.
La fiscal Verónica Zamboni, a cargo de la investigación, tomó declaración el miércoles a cuatro trabajadores de la construcción detenidos tras el derrumbe.
Los obreros estaban trabajando en la parte trasera del aparthotel, en una obra que, según la municipalidad, no estaba autorizada.
“Las obras se estaban realizando en forma clandestina, sin cumplir con la normativa municipal, ni contaban con la autorización municipal correspondiente. La obra había sido paralizada por el municipio en agosto de este año”, indicó la Municipalidad de Gesell en un comunicado.
Fuente: EFE