La investigación, coordinada por la Universidad de Ginebra (UNIGE), revela que estas galaxias ya existían en los primeros mil millones de años tras el Big Bang y han crecido desde entonces a velocidades “inesperadas”, alcanzando un tamaño casi tan masivo como el de la Vía Láctea.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron sistemáticamente una muestra completa de las galaxias formadas dentro de los primeros mil millones de años de la historia cósmica a través del telescopio espacial James Webb de la NASA, ubicado a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra.
Los resultados mostraron que estas galaxias ultramasivas, bautizadas como “monstruos rojos” por los investigadores debido a su alto contenido en polvo que les confiere una tonalidad rojiza, habían crecido mucho más rápido de lo que se pensaba.
El estudio también reveló que estas galaxias han sido mucho más eficientes en la formación de estrellas que sus homólogas posteriores.
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Los científicos consideran que, si bien estos hallazgos no entran en conflicto con el modelo cosmológico estándar –por el que las galaxias se forman gradualmente dentro de grandes halos de materia oscura–, sí que plantean interrogantes sobre las teorías de formación de galaxias, en concreto, las formadas en el Universo primitivo.
“A medida que profundicemos en su estudio, estas galaxias ofrecerán nuevas perspectivas sobre las condiciones que dieron forma a las primeras épocas del Universo”, explicó el investigador del Departamento de Astronomía de la Facultad de Ciencias de la UNIGE y autor del estudio, Mengyuan Xiao.
Este enfoque, advirtió, también permitirá obtener estimaciones precisas y mediciones confiables de la masa estelar para todas las galaxias, así como del futuro crecimiento de nuestro Universo.
Fuente: EFE