No es nuevo en la bancada cartista y sus satélites este perfil sicológico denominado sadismo, esa perversión que encuentra placer en el maltrato y la humillación del otro. Porque el impedimento del debate en el Congreso no tiene que ver siquiera con el miedo a la pérdida de mayorías. Aunque los opositores tuvieran argumentos sólidos para oponerse al proyecto o plantear modificaciones, el cartismo tiene los votos suficientes para imponerse. Pero ni siquiera quiere escuchar lo que dice el otro, por ello cercena el debate, no escucha a los estudiantes (que siguen en paro porque consideran que los fondos para Arancel Cero en las universidades quedará sin financiación), y demás sectores que tienen genuinas preocupaciones. Esto y otros atropellos que se van sumando en los escasos ocho meses del gobierno neocartista no puede llamarse sino autoritarismo.
Es justamente esa visión brutal de la política el peor enemigo del presidente Santiago Peña, cuyo pecado original ha sido ser fruto de un gobierno bicéfalo, y que se esperaba que no se notara tan desvergonzadamente en tan poco tiempo de gestión.
OTRAS PRIORIDADES. Tanta energía gastaron Peña y la jefa de Gabinete, Lea Giménez, desde la presentación del proyecto a inicios del año, superar la guerra con los intendentes (a los que dejó de lado, ya que la administración de los fondos, unos USD 300 millones), seducir a la sociedad de que este plan del almuerzo escolar es casi una pócima para terminar con la pobreza. El corolario de tanto esfuerzo fue la sanción en el Senado ese jueves 4.
Sin embargo, su propia bancada le escupió en el asado y le cambió violentamente la agenda. El mismo día del tratamiento de Hambre Cero, apareció de la galera un proyecto para restituir los fueros a los senadores colorados Hernán Rivas y Erico Galeano, ligando por añadidura al opositor Rafael Filizzola, quien se opuso al beneficio porque quiere finiquitar su proceso judicial.
Sin la mínima discusión ni argumento, los cartistas y sus satélites aprobaron la restitución del blindaje a un procesado por título falso de abogado y al otro procesado por lavado de dinero y asociación criminal. El senador Derlis Maidana intentó justificar alegando igualdad de las personas. “No puede haber ex presidentes que tengan un manto de impunidad durante toda su vida y colegas por quien realmente se tiene otro trato jurídico”.
Suponiendo que la motivación haya sido el fracaso de la vendetta de Cartes, que no logró aún el desafuero del ex presidente Mario Abdo Benítez, la otra poderosa razón es la situación de Galeano, uno de los procesados por el caso A Ultranza, la mayor operación contra el lavado de dinero en el país. Los fiscales tienen plazo hasta el 24 de mayo para acusarlo y la versión que existe es que las noticias no son buenas para el poderoso senador. La maniobra le favorece porque mientras se debate la constitucionalidad o no, paraliza el proceso.
Peña no solamente no pudo celebrar la concreción de su proyecto, sino se vio obligado a defender a los senadores con absurdos jurídicos, generando burla por su ignorancia.
LA HORA. Esta inédita decisión que obliga a reescribir de facto el Código Penal o la propia Constitución abre una incertidumbre que pone bajo la mirada al Ministerio Público y a los jueces del caso. Como no hay antecedentes, está en sus manos decidir si el proceso continuará o se suspenderá hasta tanto sean desaforados nuevamente. ¿Se atreverán a desoír al Senado de modo que los casos continúen su derrotero porque no existe la figura de la restitución de fueros? ¿Hay coraje para ello? Las diferentes opiniones jurídicas pintan de cuerpo entero el caos jurídico que generó el cartismo.
El fiscal general Emiliano Rolón prometió una postura para mañana. Lo que él diga echará un poco de luz a la crisis.
NUEVA ARREMETIDA. Este nuevo atropello que se da tras la violenta expulsión de Kattya González del Senado eleva la incertidumbre institucional.
Aún es inexplicable la razón por la que el cartismo, con la hegemonía en los tres poderes del Estado, perturba el escenario al punto de desgastar aceleradamente a su propio gobierno.
Es difícil saber qué jugada infame se está adobando en el poder paralelo. En tanto, solo resta esperar qué nuevo episodio profundizará el modelo autoritario que se consolida cada vez más, mientras Peña debe resignarse a sacar las piedras de su camino lanzadas por él mismo o su propio equipo.
SÍ A LA CORRUPCIÓN. Los administradores corruptos están felices. Peña y sus diputados concretaron el puenteo a la Contraloría. Las denuncias van a morir en el Tribunal de Cuentas.
COMANDO PARALELO. Patria Querida cuestionó duramente el doble comando que ejerce Horacio Cartes en el gobierno de Peña. Les preocupa que se ponga en riesgo la gobernabilidad.
SALVADO. Los diputados evitaron la interpelación del director del Instituto Nacional del Cáncer, Raúl Doria. La idea era interrogarle sobre la alarmante falta de medicamentos y su falta de recursos.
USD 8 MILLONES. El canciller Ramírez anunció el cierre de cinco embajadas: Egipto, Canadá, Portugal, Australia y Suiza. Es por problemas presupuestarios y reciprocidad con esos países.