“Desde Fenaes nos posicionamos con respecto a todas las denuncias que estuvieron saliendo referente a la alimentación escolar, que se empezó desde este agosto con la ley Hambre Cero o Ley del Fondo Nacional de Alimentación Escolar (Fonae)”, expresó Ayelén Barreto, coordinadora de la federación estudiantil.
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En ese sentido, indicó que les preocupa mucho, incluso desde que se utilizaba el Fonacide también para cubrir alimentación escolar, es el tema de la calidad de alimentos.
“Cuando como federación nos posicionábamos contra Hambre Cero, era por una de las cuestiones que no solucionaba y que ya había con el Fonacide en esta área, que no establecía mecanismos de control reales y eficientes para prevenir esta clase de situaciones”, manifestó a una radio local.
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Asimismo, dijo que cuando estaba el Fonacide y lo administraban los municipios y gobernaciones hubo casos donde la comida enfermó a estudiantes. “Hubo un caso en un colegio de Zeballos Cué que se tuvo que cambiar de proveedor porque ya había enfermado a varios estudiantes en un año”, reveló.
En ese sentido, mencionó que nuevamente detectan que no se han establecido mecanismos claros de control, ni siquiera las quejas que hicieron en su momento para la elaboración y reglamentación de lo que es el proyecto hoy día, a excepción de que se terminó incluyendo el desayuno, el almuerzo, la merienda y la cena, dependiendo de la modalidad que cada colegio tenga.
Comunicado de Fenaes
El comunicado de Fenaes expresa profunda preocupación y descontento ante la situación actual de la alimentación escolar en nuestro país.
“A pesar de los compromisos asumidos por el Ministerio de Desarrollo Social y el Fondo Nacional de Alimentación Escolar (Fonae), hemos observado una alarmante falta de acción y voluntad política para garantizar el acceso universal a una alimentación adecuada y nutritiva para todos los estudiantes”, señala.
Asimismo, sostiene que la alimentación escolar es un derecho fundamental que debe ser garantizado para todos los estudiantes, independientemente de su condición socioeconómica.
“Sin embargo, hemos sido testigos de cómo la actual política de alimentación escolar ha priorizado únicamente a una parte de la población, dejando al muchos estudiantes sin el acceso necesario a alimentos saludables y suficientes”, cuestiona.
Sobre el punto, remarca que esta situación no solo afecta el bienestar físico de los estudiantes, sino también su rendimiento académico y su desarrollo integral.
“Es fundamental que trabajemos juntos para exigir un cambio real en las políticas de alimentación escolar. La educación y la salud del estudiantado con responsabilidades compartidas y no podemos permitir que se sigan ignorando nuestros derechos”, finaliza.