26 dic. 2024

¿Hartos de la corrupción?

Una de las reflexiones más importantes sobre el resultado de estas elecciones para mí pasa por comprender la enorme distancia que hubo entre los deseos manifiestos por las personas durante la campaña y la decisión de voto de una gran mayoría.

¿Se acuerdan de que en las encuestas la corrupción fue mencionada como el primer problema del Paraguay? Tanto las encuestas que se hicieron públicas como las privadas de los partidos y movimientos tuvieron ese mismo resultado.

Sobre las cualidades que deben tener los candidatos o las candidatas, la honestidad ocupaba también uno de los primeros lugares, incluso la idoneidad no era tan importante. Y no podemos acusar de estos resultados a la falta de credibilidad de las encuestas, porque se repetían con muy pocas variaciones, en cada uno de los segmentos y en las diferentes regiones y/o ciudades donde se aplicaron.

No cabían dudas, ¡la gente estaba harta de la corrupción y pedía a gritos un cambio!

Y esto era muy consistente con estudios internacionales como el de Trasparencia Internacional, donde nosotros mismos decimos ver que el país está claramente asociado con manejos corruptos. O en el latinobarómetro donde más del 60% de los encuestados en nuestro país percibe que la corrupción se incrementó año a año.

Entendiendo que la corrupción es ese abuso del poder que crea beneficios dirigidos solo para sus votantes y correligionarios, creando mucha desigualdad de acceso de todos y todas a los recursos proveídos por el Estado, y conviviendo con eternas polladas solidarias y otras situaciones de desamparo de la gente en alarmante aumento en nuestro país, está claro que la calidad de vida de la población está muy alterada por hechos de corrupción denunciados frecuentemente y muchos otros invisibles, pero reales.

Como yo, seguramente ustedes también se preguntan por qué quienes viven en un ambiente de frustración y penurias constantes, y dicen estar cada vez peor por las coimas, la falta de oportunidades por no ser los amigos del poder, los conflictos de intereses, la ineficiencia de los servicios públicos, por solo mencionar lo más evidente, acepten seguir así, cuando está en sus manos cambiarlo.

La historia nos demuestra que la corrupción se supera solamente cuando desde el poder se impulsan nuevos hábitos de vida. Por ejemplo, la gente dejará de vender sus votos cuando los políticos dejen de comprarlos. Y vemos que quienes están en el poder hace 75 años aumentan la corrupción en lugar de intentar disminuirlo.

Y si a pesar de las quejas diarias, y la evidencia de que la corrupción aumenta, que no se haya votado a nuevos políticos con promesas de cambiar esta situación, es que algo nos falta entender a quienes nos presentamos como una alternativa para un país mejor.

La gente prefirió “malo conocido” que “supuestamente bueno por conocer”.

¿Te dice algo esto?

Socia de ADEC.
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