Gertrudis de Coronel, jefa del Departamento de Planificación Urbana y Territorial, explicó a Última Hora que la Municipalidad se basa en la ordenanza N° 115/23 para establecer las normas a seguir en cuanto a la reparación y la instalación de las veredas.
Contó que dicha reglamentación unifica el tipo de vereda que deben instalar los frentistas. “Hay personas que levantan su vereda vieja y tienen que hacer una nueva; ellos tienen que hacerlo bajo una tipología que está establecida en la ordenanza”, observó.
En el artículo 32 de la ordenanza, se especifica que las veredas “tienen que estar pavimentadas con materiales perdurables, antideslizantes, resistentes, de fácil mantenimiento”. También deben estar “libres de accidentes, irregularidades o piezas sueltas y de líquidos”. El artículo 33 agrega que en las avenidas, calles principales, secundarias y peatonales, y frente a todo edificio y espacio público (parques, plazas, plazoletas, etc.), “todas las nuevas veredas deberán construirse con adoquines que faciliten el recambio en caso de obras municipales”.
De Coronel detalló que para la construcción de las veredas, se deberá utilizar el piso paver “que es un material ecológico e incluso más duradero”. La ordenanza indica que el piso debe ser rectangular en la gama de color gris. También menciona que en las calles peatonales, que deben soportar tránsito vehicular, “se recomienda utilizar la disposición de adoquines tipo Espina de Pez, por su mayor rigidez estructural, al colocarse de forma trabada”.
Obligaciones. La Municipalidad cuenta con fiscalizadores que realizan recorridos diarios, de acuerdo a Gertrudis. “Atendemos los pedidos que vienen por expediente, por reclamo o vía internet, y también de oficio”, aseguró. “Al encontrar alguna inobservancia a alguno de los artículos de la ordenanza, se notifica al frentista y se le da un plazo”, añadió.
Cumplido el plazo de 15 días, la Comuna remite el caso al Juzgado de Falta y a partir de entonces se establece una multa de acuerdo a la gravedad de la infracción. Los contribuyentes y frentistas que no mantienen sus veredas en buen estado, se exponen a multas que van de los G. 500.000 a los G. 2 millones.
Gustavo Melgarejo, jefe de unidad de intervención en el dominio público, dijo en este sentido que la Comuna, siempre según la ordenanza, debe intervenir en el caso de que los frentistas no responden al plazo establecido.
Los costos para la reparación y conservación de las veredas se cargarán a la cuenta del contribuyente.
Planes. Melgarejo señaló que “se está tratando de ver, a futuro, el cambio de algunos plazos para que la Municipalidad pueda directamente, a través de una licitación, encargarse de la construcción de la vereda”. También reveló que se están proyectando planes de intervenir la zona del microcentro. “Se están viendo las formas judiciales para ofrecer más comodidad en el transitar de las personas”.