Los horticultores están desesperados porque, a pesar de los trabajos de mitigación durante toda la madrugada, la helada de ayer fue intensa y destruyó gran parte de la producción desarrollada a campo abierto.
Los tomateros que cuentan con invernaderos fueron los menos perjudicados por el frío polar, pero los demás sufrieron graves pérdidas y ahora deberán “empezar de cero”, se lamentó Máximo González, coordinador del Consejo Nacional de Productores Frutihortícolas del Paraguay.
Durante toda la madrugada, los productores trabajaron en la quema de cubiertas de goma, en un intento por generar calor, pero esta técnica favoreció solo a quienes desarrollan sus cultivos bajo carpas y están lejos de arroyos o esterales.
Otra desesperada estrategia consistió en rociar las plantas con agua mezclada con caña, pero tampoco funcionó para enfrentar la fuerte helada.
Ante esta situación el gremio de productores urge la aprobación de sus proyectos por parte del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) para la provisión de semillas e insumos que pueda ayudar al sector a volver a cultivar los rubros de renta que tienen mayor salida en esta temporada.
De lo contrario, los tomateros amenazan con nuevos cierres de rutas.
CULTIVOS EXTENSIVOS. Los productores de maíz y trigo también reportaron perjuicios, especialmente en el Sur del país, donde la mayor humedad favoreció la formación de escarchas en las plantas.
Aún no se pueden cuantificar los daños, pero el vicepresidente de la Asociación de Productores de Soja, Karsten Friedrichsen, estima que alrededor del 70% de los cultivos sufrieron algún tipo de impacto y que se reflejará en la calidad de los granos, sobre todo en las plantas que aún no están maduras.
Una de las mayores consecuencias es que el maíz ya no sirva como alimento para animales, lo que significará que los agricultores deberán apostar por la industria alcoholera y a un menor precio. Aunque no se trata de la primera helada del año, es la más intensa y afectó a toda la superficie de cultivos del país; en algunos casos incluso al trigo, que se caracteriza por su adaptación al clima frío.