Las escarchas que se formaron en las plantaciones impactaron sobre todo a los cultivos que están en etapa de formación de granos. El vicepresidente de la Asociación Paraguaya de Soja y Oleaginosas (APS), Karsten Friedrichsen, detalló que cuando las heladas son muy fuertes, las hojas se mantienen, pero las espigas mueren y no dan granos.
Cuando las bajas temperaturas no son muy graves, los trigales arrojan granos de menor calidad que repercuten en el volumen y en una disminución de la producción total. “No fue un daño significativo, pero si afectó en un cierto porcentaje”, dijo el agricultor sobre el fenómeno registrado ayer, especialmente en el Este y Sur del país.
Las plantas menos dañadas son las que están en la etapa final de su ciclo, pero en este caso la mayoría recién está empezando a generar granos, por lo que persiste una gran vulnerabilidad a las heladas agronómicas.
Generalmente, impacta más en las zonas bajas, donde el sector deberá monitorear los daños que sufrieron los trigales este fin de semana.
En esta misma época se habían reportado temperaturas por debajo de 3°C y en muchos campos se perdió el 90% de las espigas.
Campaña. Se estima que este año se sembraron alrededor de 400.000 hectáreas de trigo, por debajo de las 420.563 hectáreas que el Instituto de Biotecnología Agrícola registró en el 2021.
Justamente Itapúa y Alto Paraná, los departamentos alcanzados por las heladas, son los que mayor superficie de trigo concentran. Aunque una parte de los cultivos se cosechará en breve, la mayor parte de los suelos se liberarán a finales de agosto e incluso en setiembre, mes en que las áreas serán cubiertas con semillas de soja, de cara al ciclo 2022-2023, que apunta a una recuperación del sector luego de afrontar una pérdida de 70% en el volumen total de la oleaginosa como consecuencia de la sequía.
Exportación. De enero a julio de este 2022, Paraguay exportó 224.023 toneladas de trigo; es decir, 31.153 toneladas menos que el año anterior. Sin embargo, el alza de los precios permitió tener un ingreso de USD 77.764.630, que representa una suba de casi USD 12 millones.
Los productores consideran que este año habrá un stock exportable más reducido, aunque aseguran la provisión para la demanda de los molineros locales, que a su vez garantizan la disponibilidad de materia prima para la fabricación de fideos y panificados que conforman la canasta básica.