Una bala de arma de guerra, disparada por un efectivo militar o un agente de la Senad, le atravesó la cara, le arrancó un pedazo de la lengua y le destruyó el maxilar; otro proyectil le entró en el brazo; además, sufrió heridas de arma blanca en el hombro y en la nalga. María Gloria González (46) es la única sobreviviente del ataque sufrido, al caer la noche, el pasado viernes 5 de setiembre, en la localidad de Kurusu de Hierro, por parte de efectivos de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), donde perdieron la vida Hermenegildo Ovelar, en el sitio mismo, y días después en Emergencias Médicas su hermano Marcos Ovelar, sobrinos de María Gloria González.
“Entre tres me agarraron y me dispararon en el brazo, luego me apuñalaron en la espalda, muy cerca del cuello y también en la nalga, me patearon; también me dieron varios golpes de puño”, relataba con dificultad María Gloria acostada en un banco, en los pasillos de Emergencias Médicas, a donde debe acudir para seguir tratamiento, luego de salir de alta la semana pasada.
Esa noche los agentes de la FTC, en extrañas circunstancias, dispararon a tres personas a quienes identificaron como supuestos miembros del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP). María Gloria tiene dificultades para hablar, pero se sobrepone al dolor que le causan las múltiples heridas que tiene en el cuerpo para denunciar la violencia con la que fue tratada aquella noche. Con la ayuda de su hija Rosana Ovelar González, la mujer logró contar su versión de los hechos, negando todo tipo de vinculación con el grupo armado.
González recordó además que aquella noche escuchó el grito de "¡alto!” de parte de los militares, grito que le asustó y comenzó a correr; luego ya vinieron los disparos y golpes de parte de los uniformados. Recordó como una de las peores pesadillas el momento en que vio morir a su sobrino Hermenegildo Ovelar, quien no pudo resistir a los disparos y cayó abatido al instante. Ella y su sobrino Marcos fueron trasladados hasta el CEM, luego de permanecer varias horas tirados en el piso. “Mi primo tuvo que pedir ayuda a su señora a través de su celular para que les auxilien. Estuvieron desde las 18.30 hasta casi las 00.00 sufriendo todo tipo de dolores sin que nadie hiciera nada por ellos”, añade Rosana Ovelar, hija María Gloria.
piden ayuda. Rosana, con tristeza, lamentó la desgracia que cayó sobre su familia, con dos de sus parientes muertos y ahora tienen que pasar todo tipo de desventuras para sobrellevar la delicada situación de salud de su madre. “Ahora salimos de alta, pero tenemos que venir al hospital para controles médicos y no es fácil porque no recibimos ayuda y yo ya no tengo de dónde sacar plata. De Areguá tenemos que venir en colectivo para consultar”, indicó la mujer. “No podemos hacer mucho, porque todo el mundo nos da la espalda; nadie nos quiere ayudar, porque se la relaciona a mi mamá con el EPP, pero ella no tiene nada que ver”, expresó, reclamando la presencia de organismos de DDHH.