La anciana de 89 años, que tenía exactamente la edad de Ana Frank cuando ambas se encontraron en Ámsterdam, donde sus familias se habían instalado creyendo estar fuera del alcance de los nazis, que ocuparon Holanda en 1940, participó en una entrevista sobre el holocausto en San Juan, adonde viajó invitada por la comunidad judía de Puerto Rico.
“Nunca más Auschwitz”, dijo de forma emotiva Schloss, quien fue entrevistada por la periodista Cristina Fernández ante un auditorio con presencia destacada de la comunidad judía en la isla caribeña en la Sala Sinfónica Pablo Casals del Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré de San Juan.
Schloss recorre durante los últimos años el mundo para dar a conocer a las jóvenes generaciones el incremento de fenómenos como la violencia, la intolerancia y la xenofobia.
Dijo que la violencia que se vivió contra los judíos durante la Segunda Guerra mundial se ha repetido décadas después en varias guerras en las que “la gente mataba sin razones”.
Lea más: “Descifran dos nuevas páginas del Diario de Ana Frank en Ámsterdam”
Schloss lanzó el mensaje de un mundo en paz en el que la gente debe de buscar la felicidad, en sus palabras un antídoto contra muchos de los males que sufre la sociedad actual.
Otto Frank, padre de Ana, fue el único en sobrevivir de su familia, mientras que de los Schloss, sólo lo consiguieron ella y su madre, quien en 1954 se casó con Otto.
Recordó además episodios de gran dureza que vivió durante los años en los que los nazis trataron de controlar Europa, como cuando su familia salió de Austria sin absolutamente nada para instalarse en Bélgica y después en la ciudad holandesa de Ámsterdam.
“Allí conocí, en su apartamento, a Ana Frank”, relató la superviviente de Auschwitz.
Schloss rememoró cómo en Ámsterdam su familia fue traicionada por holandeses que les delataron a los nazis que ya habían invadido los Países Bajos, lo que les causó ser deportados a campos de concentración.
Dio detalles del viaje en el que como subrayó “nos trataron más como animales que como a personas”, en un tren con cientos de personas sin apenas espacio para moverse durante un viaje que duró casi 6 días.
“La dureza en los campos de concentración era extrema”, dijo, tras aclarar que por ello muchos de sus compañeros de viaje murieron víctimas de la dureza del trabajo, la mala alimentación y el intenso frío en el invierno.
Nota relacionada: “El legendario caso sin resolver: ¿Quién traicionó a Ana Frank?”
Uno de los momentos más emotivos de la entrevista fue cuando rememoró el momento en el que su madre fue elegida para ser sacrificada, lo que marcó su vida para siempre.
Schloss sostuvo que a pesar de lo dramático de aquellos años tras el final de la Segunda Guerra mundial trató de sobreponerse a todo lo que había sucedido, ya que ella quería casarse, formar una familia y tener hijos.
También sorprendió por el consejo que dijo le dio su padre de no odiar a nadie, ni siquiera a los que tanto les hicieron sufrir.
Recordó que su padre siempre insistió en que no todos los alemanes eran malas personas, sino que se trató de una situación especial provocada por la llegada al poder de los nazis.
Por último resaltó el que las sociedades deben hacer un esfuerzo por mejorar sus sistemas educativos para contar con poblaciones mejor preparadas y abiertas.
Desde 1986, Schloss se ha convertido en una verdadera activista que reúne oyentes de todas las generaciones y en particular a jóvenes interesados en conocer a alguien que vivió un capítulo de la historia que, siendo nefasto, les resulta muy lejano.