“En uno de esos va y viene en busca paliativa del progreso o de momentos que imperaba tomar fuertes decisiones de supervivencia; además con la presión de mirar que había personas dependientes de esa decisión (tus hijos) o tal vez otras circunstancias que motivaron en aquel invierno frío del año 1999 (aproximadamente) te hiciera persuadir el corazón y la intuición de madre que sería lo mejor para ellos (hijos) sin medir o comprender las consecuencias de un futuro incierto del destino que deparaba la vida para ambas partes (madre e hijos)”, reza parte de una carta que acaparó la atención de las redes sociales este viernes.
En ella, se refleja la historia de Pedro Cantero (31) y su hermano Denildo Arevalos (30), quienes, luego de 24 años, se reencontraron con su madre.
La historia de Pedro parece salida de una película. Cuando apenas tenía 7 años y su hermanito 6 años, perdió todo contacto con su madre, que un día salió de la casa pero no volvió.
Muchas preguntas se formaron desde ese momento hasta ahora, tratando de entender la situación y ya con poca fe siguieron sus vidas y se convirtieron en hombres hechos y derechos, con sus propias familias y trabajos estables.
“Desconozco tus vivencias en esos tiempos y juzgarte de ninguna manera, mamá, esa palabra “mamá” que quizás aprendimos a pronunciar de forma empírica, o para separar las sílabas en nuestra primera etapa escolar, pero que cuesta identificarla a una persona y ponerla en práctica repetidas veces como cualquier otro hijo en un hogar”, señala el escrito.
Cantero es docente universitario y su hermano trabaja en una empresa privada.
“Los años han cumplido en nosotros, hemos crecido más en personalidad que estatura, porque el estilo de vida nos proporcionó más experiencia que nutrición, o tal vez la genética también influyó, pero hoy tenemos un rol en esta sociedad y tratamos de contribuir o al menos buscamos la mejor forma de servir”, menciona Pedro en su extensa carta dirigida a su madre.
Una nueva esperanza.
Su historia dio un giro de 180º el pasado 10 de julio, cuando una llamada cambiaría sus vidas para siempre.
Una llamada cambio la vida de todos. Tras el teléfono, un familiar les informaba que su madre, Bernarda Arévalo, había llegado a su ciudad natal en Minga Porá, Departamento de Alto Paraná.
“Nos avisaron por medio de WhatsApp que nuestra mamá había aparecido. A primera instancia quedamos asombrados, incrédulos por qué ya habíamos perdido la esperanza del reencuentro, ya que incluso pensábamos que había fallecido en el incendio del Ycua Bolaños, pero igualmente nunca tuvimos noticias”, comento Pedro a Última Hora.
Cantero manifestó que desde pequeño sabían que tenían madre, cómo se llamaba y la tenían presente y se imaginaban como era por comentarios de sus tíos y su abuela, esta última falleció esperando a su hija.
“Ahora que apareció estamos 10 hermanos en total. 2 somos del mismo padre, 1 de otro padre y 5 tiene mi madre con su actual pareja y 2 nuestro padre con su pareja”, señaló.
Luego de más de dos décadas de ausencia, la mujer, según cuentan, no dio explicación a sus hijos de su “separación” y luego de ponerse al día volvió a la Argentina, donde tiene a su familia actual.
“Ya viajó otra vez, vivía en la localidad llamada El Dorado lado Argentino. Ahí vive con su familia actual”, sentenció.
Ahora, a pesar de la distancia seguirán en contacto y se podrán frecuentan y reunir.