Los registros sociales son bases de datos donde los programas sociales almacenan la información de sus beneficiarios, en general cada programa tiene su propia base de datos de beneficiarios. Muchos países se dieron cuenta de que al combinar y fusionar las bases de datos de diferentes programas sociales para construir una base única, donde figuren todos los beneficiarios de todos los programas sociales, generaban muchas ventajas y beneficios. El principal de todos consiste en identificar beneficiarios o ciudadanos que están inscriptos en múltiples programas sociales sin que les corresponda estar en algunos de ellos por ser programas duplicados o simplemente porque no aplican para ciertos programas. En algún momento leí que el índice de beneficiarios duplicados que no corresponden, estaba en un promedio del 5%, es decir un 5% del dinero entregado a beneficiarios de algunos programas se puede ahorrar, unificando las bases de todos los programas sociales, generando el denominado “registro social único”.
Varios países de la región ya tienen registros sociales únicos y utilizaron esta herramienta para generar las nóminas de pagos por beneficios de la pandemia, otros países lo utilizan para validar información pertinente, según el programa que sea, los países más sofisticados incluso recurren al registro social único para actualizarlo permanentemente, de forma tal a asegurar que la selección de beneficiarios corresponda así como el pago del beneficio utilizando tecnologías denominadas de gestión integral de transferencias condicionadas.
Un ejemplo de cómo funcionan los registros sociales únicos son las transferencias de programas que requieren al beneficiario, condiciones como vacunación o estar enviando a sus hijos a la escuela, con un registro social que interopere con la matrícula escolar y los registros de vacunación es posible tener esta información en línea y tiempo real para notificar a los beneficiarios que no cumplen esta condición, y generar en ellos la motivación de vacunar o enviar a sus hijos al colegio para poder cobrar su beneficio. Otro ejemplo es la validación del registro social único contra la base del registro civil de las personas, donde puede verificarse también en línea y tiempo real que la persona esté viva al momento de procesar su transferencia. Finalmente, el gran beneficio del registro social consiste en tener todas las intervenciones sociales sobre los ciudadanos sujetos a beneficios en un solo lugar para evaluar y monitorear cómo avanzan los diferentes programas y el impacto real versus el impacto esperado en el programa, aplicando tecnologías de regresión o predicción que permiten, por ejemplo, saber si un beneficiario de un programa de transferencias por extrema pobreza está logrando progresar y avanzar en la meta de salir de ese estado.
Imaginar tener todos los datos de beneficiarios de programas como Tekoporã, tercera edad, subsidios por veda a pescadores, beneficiarios de seguros por fallecimiento, de programas de alimentación escolar, de beneficios por discapacidad y hasta becas que el Estado provee en un solo lugar para mirar al ciudadano beneficiario integralmente y medir su evolución como miembro de la sociedad; es posible al tener el registro social único.
Ojalá Paraguay se sume a la creciente lista de países con registros sociales únicos, donde la tecnología es la herramienta de apoyo más importante para evitar corrupción, gestionar transparencia real, abriendo los datos no sensitivos a la ciudadanía y lograr eficiencias en la gestión de la protección social trazable y eficiente que tanto necesitamos.