Los incidentes sin precedentes en tan solo 24 horas han vuelto a disparar los miedos al estallido de una guerra abierta en el Líbano, contra el que Israel ya había intensificado su retórica en los días anteriores, insistiendo en la necesidad de acabar con la presencia de Hezbolá en la frontera.
Ayer, y por segundo día consecutivo, volvieron a registrarse en diferentes puntos del Líbano numerosas explosiones que esta vez afectaron sobre todo a aparatos de radio como “walkie-talkies”, a diferencia de los bíperes atacados el día anterior.
La Defensa Civil libanesa informó en un comunicado de que sus equipos participaron en la extinción de incendios desencadenados en decenas de inmuebles y vehículos a causa de las detonaciones de “aparatos inalámbricos y lectores de huellas dactilares”, que causaron sólo ayer 20 muertos, que se suman a los 12 registrados el pasado martes, en cifras todavía provisionales.
Además, el ministro de Salud Pública libanés, Firas Abiad, afirmó en rueda de prensa que cerca de 300 personas heridas en las explosiones del martes se encuentran en estado crítico, mientras que cerca de 460 han sido sometidos a cirugías principalmente en las manos.
El titular recordó que entre esas primeras víctimas también hay civiles, incluidos dos niños que perdieron la vida.
Poco después de los ataques registrados en la víspera, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, aseguró que Israel devolverá “a los residentes del norte a sus hogares”, en sus primeras declaraciones desde que comenzó la oleada de explosiones.
En la noche del lunes, las autoridades israelíes decidieron incluir oficialmente en los objetivos de la guerra el regreso de los 60.000 residentes desplazados a sus hogares en el norte del país.
El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant ya había avisado en una visita a las tropas de la fuerza aérea que el país se dirige a una “nueva fase” de la guerra en Gaza, a medida que despliega más fuerzas y recursos en la frontera con Líbano.
“Creo que estamos a las puertas de una nueva fase en esta guerra, y necesitamos adaptarnos”, dijo el ministro.
Por su parte, el jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, Herzi Halevi, mantuvo ayer una reunión con el responsable del Comando Norte y aprobó “planes de ataque y defensa” en el norte, en plena escalada de la tensión, informaron las fuerzas armadas en un comunicado.
“Tenemos muchas capacidades que todavía no hemos activado”, aseguró el responsable, quien añadió que “en cada fase, las dos próximas fases ya están preparadas, y en cada fase el precio para Hezbolá debería ser alto”.
Israel no ha reconocido oficialmente la autoría de las explosiones en Líbano, algo habitual en estos casos, pero el grupo libanés ya ha avisado que tomará represalias.