Inversamente a lo que las normas de la moral dictarían, el legado de sangre y crimen de la narcotraficante Griselda Blanco no es motivo de oprobio para sus herederos, sino una mina de oro que algunos siguen explotando.
Griselda Blanco se convirtió en una “marca” de monetización que está a cargo de su último hijo que sigue vivo, Michael Corleone Blanco, que lleva el nombre en homenaje al personaje de la película de mafia italiana, El Padrino.
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Tras el lanzamiento de la serie Griselda, su descendiente anunció por diferentes medios de Estados Unidos, donde reside, su intención de demandar a la productora Netflix por la serie sobre su madre titulada Griselda y que es encarnada por Sofía Vergara. Argumentó que la plataforma no cuenta con la autorización de la familia para explotar la imagen de su madre, por lo que piden la suma de inicial de USD 100.000, según una publicación de elcolombiano.com.
Michael Corleone, había propuesto a la compañía realizar un seriado que fue rechazado por la misma firma, hace un par de años, para luego producirlo por su cuenta. Este hecho fue considerado como una traición para Corleone.
Cuando en septiembre de 2023, comenzó a anunciarse la serie, el clan publicó un comunicado, que decía: “(...) Ni Michael Corleone Blanco ni ningún otro miembro de la familia Blanco han sido consultados o hacen parte del proyecto Griselda”.
Michael Corleone se define en sus redes sociales como un emprendedor. Creó varias marcas comerciales. Una de ellas es Pure Blanco, con la cual diseña ropa e indumentaria con frases alusivas al negocio de los narcóticos, la convulsa Medellín de los años 80 y fotografías de su madre cuando era joven.
Otra es Blanco Family Fincas & Packaging Co., que comercializa cannabis de uso recreativo con licencia legal.
Comenta que en su niñez tuvo lujos, pero a la vez muchas crueldades, y que perdió su inocencia al ver morir a su padre Darío Sepúlveda. Cuando apenas tenía cuatro años (1983), el papá se lo llevó a Medellín sin el consentimiento de Griselda, y fue acribillado por sicarios vestidos de policías. Murió con el pequeño Michael en sus brazos.
“Mucha gente dice que fue mi mamá (la que ordenó el crimen), pero ella me lo negaba en cierta forma”, explicó.
En 2021 participó en un reality show del canal VH1, llamado Cartel Crew, en el que convivió con los familiares de otros cabecillas del crimen organizado. El programa incluyó un tour a la capital antioqueña, para mostrar los lugares emblemáticos de la guerra contra las drogas y la tumba de Griselda Blanco en el cementerio Jardines Montesacro, de Itagüí.
Un libro sobre su madre
Uno de sus proyectos más recientes es un libro de su autoría, titulado Mi madre, la Madrina y la verdadera historia, el cual fue impreso en diciembre de 2023. En palabras de Corleone, “este libro no es solo es la historia de mi familia, mi infancia y adultez. Es el testimonio del principio y desarrollo del negocio en Colombia y el mundo”.
Esa obra está en el centro de la demanda, pues el autor alega que los guionistas de la serie utilizaron información reservada de la misma, que él les contó durante las conversaciones exploratorias para el contrato que nunca le dieron.
El enigma de Griselda Blanco
Nació el 14 de febrero de 1943 en Cartagena o Santa Marta (hay diferentes versiones), pero se crió en Medellín. A temprana edad tejió sus primeras relaciones con la ilegalidad en el Barrio Antioquia, un vecindario que poco a poco se convirtió en el centro de distribución de droga más importante del Valle de Aburrá.
En los años 70 se radicó en Miami, Estados Unidos, donde conformó una organización criminal para monopolizar la distribución callejera de estupefacientes.
Sus métodos eran brutales, compitiendo a sangre y fuego con bandas locales, de Cuba y Centroamérica. El conflicto, que dejó decenas de muertos en Florida y Nueva York, fue llamado por la prensa de entonces The Cocaine Cowboys War (La guerra de los jinetes de la cocaína).
Su fama la catapultó en el bajo mundo, como la primera narcotraficante colombiana en colonizar un mercado internacional. “Mi madre industrializó el negocio de la cocaína”, comentó Corleone en una de sus apariciones en pantalla.
Ella fue la precursora de lo que luego sería el cartel de Medellín. Su popularidad inspiró a Pablo Escobar y sus socios.
Al margen de su vida criminal, Griselda fue dueña de una oscura vida familiar. Se casó tres veces y a dos de sus maridos los asesinó, aunque esos hechos no le fueron imputados en el estrado.
El FBI y la Policía de Miami la capturaron en 1984 y la justicia estadounidense la condenó a 60 años de cárcel. El sistema norteamericano permite negociar el monto de las sentencias (Regla 35 del Código Penal), por lo que Blanco se acogió a un programa de cooperación con las agencias de seguridad, delatando a diestra y siniestra, al punto de que le rebajaron 40 años.
Tras dos décadas en prisión, fue deportada a Colombia en 2004. En ese momento, el mundo del hampa en Medellín era dominado por la Oficina de Envigado y los paramilitares de Diego Murillo Bejarano (Don Berna).
Muchos de los que habían sido sus aliados estaban extraditados o tres metros bajo tierra, por lo que Griselda, a sus 61 años, tuvo que mantenerse en el anonimato.
Vivía entre sus casas de Laureles y El Poblado, y cada tanto se reunía con amigos de la juventud en el Barrio Antioquia, para hacer asados.
A los 69 años, la muerte le llegó el 3 de septiembre de 2012 en una carnicería cercana al parque de Belén, cuando un sicario llegó en una moto Yamaha RX azul, se acercó a la Madrina y le propinó dos balazos en la cabeza con un revólver. Aunque fue llevada a la Unidad Intermedia de Belén, no sobrevivió.
La Fiscalía embargó cuatro propiedades en Medellín, relacionadas con Griselda, para aplicarles extinción de dominio. Su expediente fue archivado el 22 de mayo de 2014 y el crimen nunca se esclareció.
Se especulaba que la Viuda Negra estaba tratando de recuperar unos predios que tenía en los municipios de San Jerónimo y Santa Fe de Antioquia, los cuales estaban en poder de testaferros de los nuevos capos de Antioquia.
A los “patrones” no les gustó que una anciana los retara y, cumpliendo los preceptos del “cocaine lifestyle”, la callaron a plomo.
Aunque la serie de Netflix no fue el único show basado en la vida de Griselda. Canales mexicanos y colombianos hicieron otras producciones en el pasado, como La Viuda Negra (2014), una telenovela adaptada del libro La Patrona de Pablo Escobar, del periodista José Guarnizo.
Sin embargo, ninguna exasperó tanto a Corleone como la de Netflix, estrenada el pasado 25 de enero. Él no solo cuestionó la falta de autorización de su familia, sino que ha criticado otros aspectos de la producción.
Michael Corleone brindó recientemente una entrevista con el periódico inglés Daily Mail, donde reprochó la elección de Sofía Vergara como la protagonista. “Mi madre era una mujer hermosa y me parece increíble que la caractericen como una drogadicta (...). Si mi madre siguiese con vida, Vergara no se habría salido con la suya”, recalcó.
Se refirió a su mamá como una “muñeca de porcelana” en la adolescencia, y aprovechó para indicar que los verdaderos rasgos de Griselda estaban descritos en su propio libro.
Aunque en el fondo toda esta publicidad en torno a la figura de la Madrina termina beneficiando el negocio de Corleone, pues revive el interés por aquel feroz personaje, el heredero no perdona que la plataforma estadounidense lo haya sacado del proyecto.
Netflix no se pronunció públicamente sobre la demanda, pero Vergara, que también está incluida entre los demandados, se refirió al hecho en el programa Primer Impacto, de Univisión.
“Así son estas cosas. Michael, el hijo de Griselda, está escribiendo un libro. Leí muchísimo sobre su vida, tuvo una niñez muy difícil, a su mamá la metieron a la cárcel, mucho sufrimiento. Tengo muchas ganas de leer su libro, porque yo sé que tiene una historia que a todos nos va a interesar”, dijo la actriz.