Cada año, al décimo mes del año se lo denomina Octubre Rosa, y entonces todo el mundo se coloca el lacito rosa y los edificios oficiales y los no oficiales instalan luces de color rosado, para crear conciencia y apoyar la campaña de detección temprana y prevención de esta enfermedad.
En la página web del Ministerio de Salud se puede leer acerca del tema, hablan de los factores de riesgo que no se pueden controlar, como el sexo, la edad o los antecedentes familiares, y también de aquellos factores que sí pueden ayudar a reducir el riesgo. En ese punto hablan de mantener un peso saludable, hacer ejercicio regularmente, limitar el consumo de alcohol y evitar el tabaco, además claro está de realizar el control médico periódico.
Lamentablemente, este enfoque es como ver el árbol pero no divisar el bosque. Porque todos sabemos que con eficientes políticas públicas, abundantes recursos y adecuado presupuesto sería mucho más eficaz la lucha contra el cáncer, y contra todas las otras enfermedades que causan gran mortalidad a la población.
Lo que digo es que recomendar actividad física, dejar de beber y fumar está superbién, pero sería maravilloso que el Estado paraguayo no tratara tan mal a los enfermos. Que pacientes con cáncer no tuvieran que andar por ahí pideando como mendigos para que salud pública les provea los medicamentos y la infraestructura para sus tratamientos, tratamiento que todos sabemos son fundamentales no solo para su calidad de vida, sino para su sobrevivencia.
Por este mismo enfoque debemos soportar el cinismo y la hipocresía en este Octubre Rosa. Y tenemos que soportar a diputados, diputadas, senadores y senadoras luciendo orondos el lazo rosa, y no podemos menos que sentirnos insultados.
Con el cuento del proyecto Hambre Cero, este gobierno colorado y su Parlamento colorado cartista redirigieron los USD 250 millones anuales que recibe Paraguay por la venta de excedentes de energía de Itaipú al Brasil para “presuntamente” proveer alimentación escolar, y borraron de un plumazo los G. 85.000 millones que eran destinados para la compra de medicamentos oncológicos. Una vez desvanecidos esos fondos, hubo promesas del Ministerio de Economía, pero ahora los enfermos con cáncer dependerán de las ampliaciones presupuestarias y, como siempre, de las polladas.
Nuestra clase política se superó sin embargo, cuando hace apenas cuatro meses la Cámara de Diputados rechazó el proyecto que pretendía elevar en un 2% el impuesto selectivo al consumo de tabaco para destinarlo al Ministerio de Salud para la compra de medicamentos oncológicos, precisamente por el desfinanciamiento a causa del proyecto Hambre Cero del presidente Santiago Peña. La propuesta era elevar el impuesto actual del 22% al 24%, lo que representa pasar de apenas USD 4 millones a apenas USD 12 millones, pero que iba a ser muy significativo para la atención integral a los pacientes con cáncer.
En este Octubre Rosa deberíamos emprender otra campaña: Ni olvido ni perdón. A diputados como el cartista Derlis Rodríguez, que dijo en plenaria: “Que no me quieran venir a meter que con esto vamos a solucionar todo”. Y el cartista Jatar Fernández, quien aportó otro rebuzno cuando dijo que USD 2 millones no le convencen y pidió que no hagan perder más el tiempo en este tipo de proyectos.
Hay que recobrar la memoria, para recordar a aquel paciente con cáncer de Ciudad del Este que falleció esperando una cama, recordar cada pollada y cada protesta de pacientes con cáncer para suplicar que les compren los medicamentos. Hay que recordar, pero también tenemos que dejar de votar por los traidores.