Su papá y sus abuelos ya no saben qué hacer, y repiten hasta el cansancio que es una cuestión de vida o muerte: el nene tiene epilepsia.
Es el caso de un niño que es buscado por la justicia argentina, a pedido de su padre argentino. La madre, paraguaya, dicen, desapareció hace un año con el chico. La historia es contada por Clarin de Argentina.
El hombre está desesperado, y tiene todas las razones del mundo para estarlo: acaba de cumplir un año sin ver a su hijo. Así inicia esta crónica de la periodista del diario Clarin de Argentina, Mariana Iglesias
Fue su mujer, una joven paraguaya, quien se lo llevó un día a su país (Paraguay) y nunca más apareció.
Arnaldo Javier Córdoba tiene 32 años y trabaja en una remisería de Paso del Rey, donde también vive. A Milda Ramona Galeano Aquino la conoció a fines del 2002. Fue en Asunción.
Hasta allá viajó para visitar a un tío que trabajaba en una curtiembre. La chica lo enamoró, y en julio se casaron. La ceremonia fue en Paraguay, pero enseguida vinieron a la Argentina. Se instalaron en la casa de los padres de Arnaldo.
El 26 de febrero de 2004 nació el nene en el hospital Posadas. Y la vida de familia siguió su curso, sin demasiadas complicaciones ni sobresaltos, hasta el 21 de enero del año pasado.
Ese día hacía calor y la chica sirvió gaseosas para todos. Al rato tanto Arnaldo como sus padres empezaron a sentirse mal: tenían mareos, vómitos y alucinaciones. Fueron al hospital Malvinas Argentinas de Merlo, donde los atendieron y les dijeron que habían tomado algo que les hizo mal.
"¡Nos dopó a los tres!”, dice Arnaldo a Clarín. Hay una investigación penal al respecto.
El tema es que cuando regresaron al hogar, la chica y el pequeño no estaban. “Había dejado toda la ropita y los juguetes, pero se llevó sus documentos. También se llevó perfumes y toda la plata que encontró", recuerda.
Arnaldo hizo la denuncia correspondiente y así empezaron a trabajar la Cancillería argentina junto a la Justicia paraguaya.
En junio, la jueza Rosa Beatriz Yambay Giret ordenó la restitución internacional del nene a su papá. Y fijó una audiencia para el 16 de julio.
Ante esa noticia, Arnaldo viajó a Paraguay junto a su madre. Pero su mujer jamás apareció. Ni aquella vez ni todas las otras que la citó la Justicia. Arnaldo y su mamá vivieron infructuosamente cinco meses en la embajada argentina en Paraguay.
A pesar de no aparecer, la mujer apeló la restitución, que fue negada por el Tribunal de Apelación de la Niñez y la Adolescencia. Luego pidió una aclaratoria y después planteó un recurso de inconstitucionalidad a la Corte Suprema, que lo rechazó in limine (no hizo lugar al pedido).
La jueza volvió a fijar audiencia para el 28 de setiembre, y nada. Se ordenaron allanamientos en las casas de todos los familiares de la mujer, y tampoco. Ni una pista.
Arnaldo volvió a la Argentina, y acá espera, pero no puede más de la ansiedad y los nervios. Busca papeles y los muestra: son informes de médicos de neurología del hospital Posadas que aseguran que el nene tiene epilepsia, que necesita controles y que se le deben suministrar medicamentos.
“Tengo miedo de que le pase algo. No es justo. No se puede llevar así a mi hijo. No puede desaparecer. La Justicia está de mi parte. Pero aun así mi hijo no está conmigo. ¿Qué más tengo que hacer?”