La crecida del río Guaíba, sin precedentes desde 1941, ha dejado prácticamente aislada a la capital del estado de Río Grande do Sul, anegando la estación de autobuses y obligando en la noche del viernes a suspender las operaciones en el aeropuerto internacional, que por lo menos permanecerá cerrado hasta el lunes.
El municipio de Canoas, en el área metropolitana, es uno de los más afectados por las inundaciones y se encuentra completamente bajo las aguas.
Los cuerpos de salvamento se afanaban este sábado en rescatar a los habitantes que se subieron al tejado de sus casas, mientras dentro de sus viviendas el agua había destruido todas sus pertenencias.
Numerosos ciudadanos llevaron sus vehículos a la parte más alta de un viaducto para evitar que el agua se los trague.
Esta es la primera vez que las aguas han penetrado en la ciudad desde la construcción del sistema de muros y diques, en 1974.
El agua ha invadido muchos barrios a lo largo del litoral, ha cortado los accesos al aeropuerto e incluso han llegado a anegar el estadio de fútbol del Gremio, uno de los dos clubes grandes de la ciudad.
En todo Río Grande do Sul, región de 11 millones de habitantes fronteriza con Argentina y Uruguay, la situación es muy preocupante. En total, las autoridades regionales calculan que hay 317 municipios afectados y 510.585 damnificados, entre los cuales 82.000 personas han tenido que dejar sus casas. EFE