La alegría en los rostros sonrientes de las 55 parejas se pudo notar antes y durante la ceremonia presidida por el padre Jean Carlos, párroco de Tacuatí, quien fue apoyado por otros tres sacerdotes.
Es la primera vez que en Tacuatí se realiza esta actividad, si bien la fundación ya ha apoyado en otras ciudades como Choré, Santaní y San Pedro de Ycuamandyyú, en Tacuatí se superó la cantidad de los otros sitios y marca un hito importante en la actividad que realiza la fundación con la Iglesia, señaló Víctor Centurión, de la Fundación Santa Librada.
“La fundación trabaja con diferentes comunidades en todos los departamentos, donde enseñamos a la gente oficios para poder trabajar y salir de la pobreza, pero esta actividad también la hacemos teniendo en cuenta que tenemos pedidos de la Iglesia para ayudarles, a apoyarles en este tipo de emprendimientos, que creemos son muy importantes porque de esta manera centenares de parejas formalizan su unión ante Dios”, indicó Centurión.
40 años de concubinato
Hermosas y reveladoras historias pudimos obtener de las parejas que se casaron, como el caso de Benedicta Fleitas, de 65 años, quien vive en Tacuatí Poty. Ella, luego de vivir 40 años en concubinato, se casó con su compañero de toda la vida.
“Estamos más que contentos y agradecemos a la Fundación Santa Librada y al pa’i Jean Carlos, quien nos avisó, ya que hace tiempo que queríamos formalizar nuestra relación, porque ya tenemos nietas, y se dio esta oportunidad gracias a Dios”, señaló doña Benedicta.
Las parejas que se casaron ya vivían en concubinato, todas ya tienen hijos, pero por la situación económica y también de documentos muchas no lo hicieron antes, se explicó. La Fundación Santa Librada comenzó a trabajar con el padre Jean Carlos y un grupo de jóvenes recorriendo comunidades como Tacuatí Poty, Planta 1 y 2, 6 de Enero y el casco céntrico de la ciudad, para organizar el evento que fue toda una fiesta en la ciudad de Tacuatí.
El acto se realizó en la plaza frente a la iglesia donde miles de personas participaron de la celebración eucarística en la que 55 parejas dieron el sí ante el altar.
Posteriormente todos se dirigieron hasta el tinglado municipal para el brindis donde cada pareja compartió con sus invitados.