Se trata de seis empresas diferentes, con un total de ocho ubicaciones en la provincia de Brabante Septentrional (Sur), y se espera que los sacrificios empiecen inmediatamente después de que el Ejecutivo explique las condiciones este miércoles al Parlamento holandés, según confirmó una fuente gubernamental a la emisora RTL.
Los animales serán gaseados, para no dañar su pelaje, en unas instalaciones disponibles en las propias empresas.
El Ejecutivo sigue así la recomendación de los expertos, que advirtieron la semana pasada de que las granjas infectadas pueden representar un riesgo “para la salud pública” y podrían convertirse en “reservorios” del coronavirus en el futuro, pasando a ser un problema de control de los contagios entre la población.
Todas las granjas de visones repartidas por el país están siendo investigadas por las autoridades sanitarias después de que estas últimas semanas se confirmaran dos posibles casos de contagio de animales a humanos, los primeros conocidos en todo el mundo desde el estallido de la epidemia en China.
Ya se están aplicando medidas muy estrictas de seguridad en todas las granjas afectadas por los contagios, como la prohibición de las visitas o el transporte de visones y estiércol por el país.
Las autoridades holandesas detectaron el coronavirus en las granjas de visones a finales de abril, cuando los cuidadores observaron problemas respiratorios y gastrointestinales entre estos mustélidos.
La crianza de visones en granjas estará prohibida a partir de enero de 2024 después de una decisión del Tribunal Supremo, que cuestionó en 2013 la moralidad de cuidar de estos animales para después despojarlos de su pelaje y ahora los criadores pueden pedir una compensación al Estado por los animales sacrificados si deciden cerrar su negocio.