César Ramón Benítez, pareja de la mujer desaparecida en Ciudad del Este, identificada como Mirta Isabel Cabrera, de 35 años, quien desde el pasado Viernes Santo estaba con paradero desconocido, confesó ante el Ministerio Público haber asesinado a su pareja, con quien tiene un hijo de 9 meses, tras una discusión que se habría originado por cuestiones personales.
La fiscala Carolina Rosa Gadea confirmó sobre la confesión que realizó el hombre ante su unidad fiscal. También mencionó que en las próximas horas estaría cambiando la carátula de la imputación contra el hombre por feminicidio.
Benítez fue procesado por el hecho punible de violencia intrafamiliar, debido a conocimientos recientes sobre hechos de agresión cometidos contra su pareja.
Además, en su testimonio ante la Fiscalía, el autor confeso del crimen dio detalles acerca de la manera en que asesinó a su pareja y el lugar donde depositó el cuerpo.
Recibí las noticias en tu celular, unite al canal de ÚH en WhatsAppSegún la fiscala Gadea, el hombre declaró que utilizó un cuchillo para matar a la mujer y el cuerpo fue tirado al cauce del río Monday, en el Departamento de Alto Paraná.
César Benítez también contó que arrojó en el mismo cauce hídrico una bolsa con vestimentas manchadas de sangre y el cuchillo que había utilizado para materializar el crimen.
La Policía Nacional informó que en la noche del sábado último se encontró, al costado de un arroyo, la cédula de identidad de Mirta Isabel Cabrera, de 35 años.
También habían señalado que estaba siendo buscado un testigo clave del caso, quien habría revelado importantes detalles.
Se trata de Fermín Reyes Gómez, quien fue visto en compañía de César Ramón, pareja de la mujer, en el momento en que cargaban un bulto en un automóvil, antes de abandonar la vivienda alquilada por el ahora autor confeso y la mujer desaparecida.
El mismo es parte de un grupo de guardia de seguridad ciudadana y trabajaba con Benítez.
La mujer desapareció el Viernes Santo, día en que debía ir a su trabajo y ya no llegó. El hecho alertó a sus compañeros de trabajo, quienes contactaron con la hermana, Doralicia Cubilla Cabrera, a quien le comentaron el hecho, ya que la víctima no atendía su teléfono.
