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En Paraguay se sigue debatiendo una ley de paridad que garantice la participación de las mujeres en la política, mientras que la representación de las féminas en el Congreso apenas llega al 16,8%, las intendentas son solo el 10% y el porcentaje de las mujeres en las Juntas Municipales continúa en un 20%.
En este contexto se realizó en el país el Seminario Internacional Democracia y participación política de las mujeres. Ahí estuvo Nielsen Pérez (52), diputada de Costa Rica, quien lucha por los derechos de sus congéneres desde hace décadas.
-¿Qué significa la paridad política?-Nosotros tenemos en Costa Rica, en el Código Electoral, ya la inclusión del concepto, que tiene que ver con la participación de hombres y mujeres en la misma proporción como estamos representados en el espectro de la humanidad, y que para efectos de listas pares tiene que haber 50 y 50, y para listas impares la diferencia entre hombres y mujeres no puede ser superior a uno. Ese es un concepto, digamos, más cuantitativo. Pero el concepto más cualitativo tiene que ver estrechamente con la inclusión de la variable “sexo” en el sistema electoral.
-¿La paridad no atenta contra los méritos de las personas?-El tema de los méritos no es un problema de la paridad, es un tema propio de la democracia. La democracia no resuelve la calidad de la participación. Hay hombres tan buenos en democracia y en puestos de elección, como mujeres, pero también mediocres podrían ser algunas personas, hombres y mujeres. Un argumento como ese quiere decir que todos los hombres que han estado en democracia, en los diferentes puestos, son brillantes, y que la competencia entre ellos es exclusivamente por méritos, y no por otras variables. Entonces, es un criterio que se nos cae muy fácilmente.
-¿Cuáles son las sugerencias para incrementar la participación política de las mujeres?-Poder modificar la legislación electoral es muy importante, no lo es todo, pero es muy muy importante, porque les brinda seguridad jurídica a las mujeres y a los partidos políticos. Recordemos que la lucha por el derecho al voto es una lucha que duró, en algunos países, 50, 60, 70 años. Las luchas sufragistas son de aproximadamente 100 años entre Europa, Estados Unidos, América Latina. Entonces, la legislación es un componente muy importante, pero también lo es el empoderamiento de las mujeres, porque nos han enseñado que ese no es el espacio natural para nosotras, que el espacio natural para nosotras es la casa.
-¿Por qué las mujeres no acceden proporcionalmente a los cargos políticos?-Tenemos todo un sistema patriarcal que está definido desde la lógica de los hombres, donde se considera que el espacio público es un espacio por naturaleza para los hombres y no para las mujeres. Entonces, somos socializadas para un espacio privado, y los hombres para un espacio público. Y precisamente los derechos políticos tienen que ver con participación en puestos de elección popular, pero también con participación en el diseño de políticas públicas, en la política de cooperación, en la política internacional, en las oenegés. Es una necesidad que tenemos las mujeres de, precisamente, que se reconozca la importancia de ejercer este derecho en el espacio público. Pero también somos la mitad de la población.
-¿Qué piensa del sistema de cuotas? En Paraguay van del 20% hasta el 50%.-El sistema de cuotas tiene que ser un sistema efectivo. Me pueden decir acá funciona o no funciona. Si funciona es porque al menos un 20% de mujeres están acá o un 30%, dependiendo de los umbrales. Nosotras (en Costa Rica) nos pusimos como ley un 40% mínimo, nunca fue un techo, fue un mínimo. Inclusive un partido se inscribió con un 90% de mujeres. Las cuotas se aprobaron en la Ley Electoral en el 96, hubo elecciones en el 98, los partidos políticos ubicaron a las mujeres en los últimos lugares de las listas, es decir, las pusieron de relleno. (...). Las cuotas tienen que ser ubicadas en los lugares con posibilidades reales de ser electas (...). ¿Cuál es la clave? Cuotas con mecanismos que garanticen que se cumplan, y con sanciones. En mi país las cuotas funcionaron porque los partidos políticos estaban obligados a tener mecanismos que garantizaran el cumplimiento de la cuota, y si no se ubicaba a las mujeres al menos en un 40% de lugares con posibilidades de ser electas, el Tribunal Electoral no aceptaba las listas (...). Aquí, en el fondo, estamos hablando de poder, y hay gente que no quiere perder poder.
-¿Por qué no quieren?-Nadie quiere perder poder. A la gente no le gusta hablar del tema que aquí hay una relación de poder porque creen que entonces las mujeres queremos estar por encima de los hombres, y no, simplemente es que somos iguales. Los hombres han estado en situaciones de mucho privilegio, de supremacía, tomando las decisiones por todas nosotras y somos iguales en derechos, en dignidad, en capacidad.
-En Paraguay se está analizando una ley de paridad, ¿conoce los detalles? ¿Qué piensa al respecto?-Me parece muy importante que se discuta, porque una ley no sale de hoy para mañana, porque vamos construyendo ciudadanía también en el proceso de que se debatan estos temas en el ámbito público. Esperemos que logre pasar esta legislación y que sea muy robusta, pero si no se dan ahora, se van a dar más adelante, porque estamos hablando de los derechos de las mujeres, de las luchas de las mujeres, por el reconocimiento a la igualdad, en derechos y en dignidad. No es para ser semejantes a los hombres, es en derechos y en dignidad. Entonces, es muy importante que se debata y que los medios contribuyan a ese debate porque tiene que ver con la democratización del poder, con democracia.
-¿Cómo está la situación de paridad política en Costa Rica, América Latina y Paraguay?-A nivel de América Latina tenemos experiencias muy importantes en este momento, como Bolivia, Ecuador, México, Costa Rica. Nosotros tenemos un 46% de mujeres diputadas, tenemos un 36% de mujeres concejalas. Tenemos que trabajar fuertemente para que las próximas elecciones incrementen el número de mujeres alcaldesas. Tenemos un gabinete paritario, un presidente que se comprometió, tenemos más ministras que ministros en este momento, es parte de esos compromisos. Y bueno, lamentablemente de Paraguay no tengo muy buenas noticias en materia de los derechos políticos de las mujeres. Hay un déficit importante, como sociedad están debiéndoles a las mujeres paraguayas, y que la cuota, aunque haya iniciado con 20%, en la práctica nunca se ha cumplido. Entonces, aquí lo importante no es lo que la ley diga, sino el resultado producto de esa legislación.
-¿Qué opina de la disminución de presidentas en América del Sur?-Hay movimientos que se están activando porque ven que las mujeres estamos avanzando en la historia y sienten eso como una amenaza. Pero en Costa Rica la máxima representante mujer es la vicepresidenta Epsy Campbell, la primera mujer afrodescendiente vicepresidenta de América y además es nuestra canciller. Si algo nos están demostrando los estudios sobre la participación política de las mujeres es el valor simbólico que está teniendo para los niños y las niñas. Ahora una niña, cuando ve una referente, mujeres en la televisión, no solo para los desfiles de moda sino para el ejercicio de poder, para liderar un país, ellas ven como una posibilidad que una mujer llegue a ocupar ese puesto. Entonces, hay un poder importante, para ir transformando esta lógica de ejercicio de poder y alcanzar una nueva ética política.
Perfil
Nielsen Pérez: Es diputada de la Asamblea Legislativa de Costa Rica. Especialista en políticas de igualdad, empoderamiento y participación política de las mujeres, con más de 25 años de experiencia. Consultora internacional en Derechos Humanos, Participación Política de las Mujeres, Género e Inclusión Social.