La misa dominical de este domingo presidida por el obispo Ricardo Valenzuela tuvo un mensaje especial para las autoridades del Gobierno y para la ciudadanía, que se encuentra movilizada contra el Gobierno en medio de la crisis sanitaria a causa del Covid-19.
En su sermón, basado en la lectura de los 10 mandamientos, Valenzuela sostuvo que “no se puede observar cinco mandamientos y alegremente violar los otros cinco”.
Mencionó que el evangelio interpela nuestro culto cuando no se vive lo que se cree, “que venimos a nosotros aquí a hacer, en qué se relaciona nuestro culto con nuestra vida, la vida moral y la vida de santidad, porque si nuestras manos chorrean sangre o violencia, si no buscan la justicia y no socorren al oprimido Dios nos repite también como dice el profeta Isaías: ‘dejen entonces de presentar las ofrendas inútiles, no puedo soportar delito y solemnidad’”.
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Al respecto dijo que si nuestra vida se desenvuelve en mentiras y trampas, “en otras palabras, corrupción frente a la sociedad, de cara a la ley, Dios también nos repetirá: Dejen de presentar ofrendas inútiles, no puedo soportar delitos y solemnidades”.
“Con trampas, mentiras con los educadores y más aún con nuestros enfermos en nuestros hospitales ya saturados sin remedio y sabiendo que fueron llevados o robados para vender en forma prohibida, Dios nos repite: Dejen de presentar ofrendas inútiles, no puedo soportar delitos y solemnidades”, insistió.
Pidió cambiar la levadura vieja y convertirnos en panes ázimos de sinceridad, y de verdad que es lo que más necesita y de la cual tiene hambre nuestra sociedad. “Ese pan de verdad y de sinceridad para darle ilusión, esperanza y fuerza a nuestro pueblo”, señaló.
Asimismo, se dio lectura a la carta pastoral del Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal Paraguaya en la que reivindica el derecho de la ciudadanía de reclamar pacíficamente a las autoridades gestos, acciones y sobre todo resultados en la gestión pública en la provisión en tiempo y forma de los equipamientos, insumos y medicamentos que se requieren para hacer frente a la necesidad prioritaria por la población.
Los obispos expresaron que se constató un quiebre de confianza entre ciudadanos y los que ejercen responsabilidades en el Gobierno de la República, por lo que piden urgentemente restaurar la confianza de la ciudadanía en sus autoridades.