La secuencia en la caída del protectorado británico de Hong Kong en manos de la China autocrática e imperialista después de años enteros de la seudo-vigencia de “un país, dos sistemas” y la de Afganistán, después de dos décadas de presencia militar antiterrorista de EEUU, Gran Bretaña, Alemania, Canadá, Francia y otros países occidentales, en manos del ala dura del talibán, movimiento del autodenominado Emirato Islámico, organización fundamentalista de ese origen, en plena guerra “yijad” en ese país, da lugar a preocupantes presagios de reposicionamiento de fuerzas hegemónicas en esa conflictiva y beligerante parte de Asia.
¿ESCENARIOS VENIDEROS? En juego se halla ahora la prevalencia de unas y otras: ¿Qué nueva estrategia desplegarán las fuerzas occidentales en retirada? ¿Fue la pérdida del estatus privilegiado de Hong Kong una ingenuidad de Gran Bretaña? ¿Y la caída estrepitosa de Afganistán, un error estratégico de los EEUU y sus aliados? ¿Qué posibilidades tiene ante estas circunstancias el expansionismo de Xi Jinping, líder de por vida de la China autocrática? ¿Volverá a retomar Rusia, bajo Putin, el mando perdido en Afganistán décadas pasadas? ¿Significa ello la instalación de un tan peligroso como imprevisible Emirato Islámico tipo Califato? ¿Se impondrán allí las fuerzas “yijadistas” del terrorismo internacional, algo así como los herederos de Al Qaeda? ¿Cuál será el destino de Taiwán en esa conflagración de sistemas, militarismos y de ideologías?
UN PAÍS, DOS SISTEMAS. Fue una idea formulada por Deng Xiaoping para resolver la reunificación de China. Forma parte de la teoría sobre el establecimiento de un seudo-comunismo con características propias (autocracia militar expansiva). “Un país, dos sistemas” se ha convertido en una política fundamental del gobierno chino continental, que ha sucumbido en un fracaso rotundo ante la anexión de Hong Kong por las fuerzas centralistas de Pekín. Sin olvidar lo ocurrido anteriormente con Macao, ex territorio portugués en la costa sur, incorporado también a ese régimen.
RETIRADA CAÓTICA. Cuando la coalición de tropas internacionales dirigida por Estados Unidos se retiró este año de Afganistán, los talibanes realizaron la feroz ofensiva de mayo pasado, en la que tomaron todas las capitales provinciales en tiempo récord, para luego ocupar la capital, Kabul, el 15 de agosto, terminando así la guerra interétnica a su favor y estableciendo de facto un nuevo Emirato Islámico: https://www.france24.com/es/medio-oriente/ 20210815-taliban-historia-afganistan-poder-guerra . Esa retirada de las tropas internacionales estuvo plagada de errores tácticos y estratégicos. Terminó en cruento descalabro. Las imágenes difundidas por los medios sobre los afganos acudiendo desesperados a aeropuertos y aviones, intentando montar estos ya en pleno corretaje por la pista de despegue, algunos de ellos muriendo en el intento, es prueba evidente de que “algo huele a podrido” en Afganistán.
TALIBANES AL PODER. De haber sido las tropas internacionales fuerzas dominantes en Afganistán durante 20 años, se transformaron, de la noche en la mañana, en tropas rodeadas por el movimiento militar islámico del talibán, tomando el mando sus figuras más representativas. Ahora los Gobiernos occidentales involucrados en la asistencia técnica y militar de Afganistán para liberarla del terrorismo se hallan negociando con las nuevas autoridades de facto la forma de retirar pacíficamente a sus propias fuerzas militares y a sus asistentes locales, más familias, que en número de miles aún permanecen en ese país a la espera de que sean rescatados. Lamentable todo lo ocurrido en apenas unas semanas, con una precipitación evidentemente incontenible en los últimos días.
ESTRATEGIAS OCCIDENTALES EX POST. Queda aguardar que las Naciones Unidas y la Organización del Tratado del Atlántico Norte OTAN, junto con similares organizaciones multilaterales y militares vuelvan a restaurar el orden por lo menos en la retirada total de sus conciudadanos atrapados bajo mando de los talibanes y en el espacio de maniobra que todavía les pueda quedar para definir su nuevo rol ante las circunstancias actuales.