Hoy, 19 de enero, en el corazón de la ciudad de Luque se alberga una verdadera fiesta. Uno de sus ciudadanos más ilustres cumple 109 años de vida. Estamos hablando de Don Canuto González Britos, un aguerrido y valiente excombatiente de la Guerra del Chaco y uno de los últimos tres sobrevivientes de aquel recordado conflicto bélico.
El día de ayer se iniciaron los festejos. Al medio día disfrutó de una serenata ofrecida por el Ejército paraguayo, con la presencia del ministro de Defensa, Óscar González. Por la noche, La Unión Paraguaya de Veteranos de la Guerra del Chaco (UPVChaco) le ofreció una cena. Mientras que sus familiares le ofrecerán un almuerzo el día de hoy en casa de una de sus nietas.
MEMORIA VIVA
Don Canuto, nació en Coronel Martínez, en la compañía Potrero Villar en 1916. Desde allí partió junto con su hermano Félix González para enrolarse al servicio militar para luchar en el campo de batalla, con el fin de liberar a su padre, cometido que se logró y por ello, con sumo orgullo sirvió a su país con tan solo 15 años.
“Nos metieron en una habitación con poca ropa donde el médico nos revisaba y separaba a los jóvenes entre los que servían y los que no. Mi hermano y yo pasamos la prueba médica y fuimos a la batalla”, recordó Don Canuto en una amena charla con ÚH.
Manifestó que fueron muchas las penurias que pasaron desde el día uno. “Tres años es mucho tiempo, pasamos de todo. Ni tiempo de escribir cartas teníamos, nuestra misión era sobrevivir”, relata.
Una de las primeras impresiones desgarradoras que sufrió en aquel lugar lejano fue la muerte de su hermano. “En la primera batalla ya falleció”, comentó con una profunda tristeza en los ojos.
Don Canuto formó parte de la Unidad de Infantería R.I. 2 Ytororó junto a más de 1.500 soldados a cargo de Julio Olmedo. “Pasamos mucha sed. Solo nos daban una cantimplora con agua que nos tenía que durar una semana. El hambre se aguanta, pero la sed no. En el campo no teníamos amigos, hermanos, teníamos que vernos solos para sobrevivir, no podíamos compartir nada era cada uno se ve por su cuenta”, explicó.
En su hoja de registro se puede leer que se incorporó para prestar servicio el 23 de julio de 1932, siendo apto para todo servicio luego de la inspección médica, y su fecha de alta de la unidad se registró el 25 de julio de 1966.
Durante la batalla, González recibió el impacto de un proyectil en la mano derecha lo que provocó que perdiera uno de sus dedos. A pesar de esto se mantuvo firme junto a sus demás compañeros para lograr la libertad del territorio chaqueño de Paraguay.
ORGULLO Y HONOR
“Son muchos los recuerdos que tiene, se acuerda de cada detalle. Me da piel de gallina recordar sus relatos. Nosotros no tenemos un día agua y nos desesperamos, imagináte ellos vivir así tres años. Mi papá es un héroe y un gran campeón. La familia está muy orgullosa de él”, comentó María Estela González, hija de Don Canuto.
Indicó que su padre, a pesar de los años goza de muy buena salud, de una memoria envidiable y con las mismas costumbres desde hace décadas.
“Se levanta religiosamente a las 04:00, se ducha, desayuna, toma mate con nosotros y disfruta de su día. Después de almorzar hace su siesta. Disfruta mucho con toda la familia, sobre todo con sus nietos y bisnietos que son su adoración”, manifestó.
Al volver de la guerra, Don González se dedicó a trabajar en la chacra (campo) y a los 35 años encontró el amor en Francisca, quién fue el gran amor de su vida y madre de sus siete hijos. La familia está compuesta con siete hijos, 17 nietos y 12 bisnietos. La esposa de Don Canuto falleció hace 35 años a los 62 años de edad. Hasta hoy día recuerda a su compañera y amiga.
Sus familiares claman que se pueda honrar en vida al excombatiente de la Guerra del Chaco, para quien piden respeto. Destacan que a sus 109 años es el claro ejemplo de la raza paraguaya. Agregaron que las personas que quieran visitarlo o llevarle algún presente se pueden comunicar al (0976) 332-222.