La génesis del hospital-escuela tiene lugar en 1877, cuando fue inaugurado el Hospital de la Caridad en los terrenos del viejo Hospital Militar. Tenía capacidad total para 30 camas.
Como encargadas quedaron las hermanas vicentinas, quienes luego –junto a la Sociedad de Beneficencia– gestionaron la donación del terreno que ocupó el nosocomio durante más de 100 años en el barrio Sajonia, hasta su mudanza total en el 2012.
La historia oficial de Clínicas empieza el 19 de julio de 1894, con el nombre de Hospital Nuevo San Vicente de Paul. Contaba con 60 camas.
Por las paredes y los pisos del antiguo y nuevo hospital, han pasado mucha historia, conocimientos y enseñanzas.
Pero también aprendizajes, que van más allá de la atención médica, auténticas lecciones de vida cada día.
“Acá no solo somos compañeros, somos como una familia”, coincidieron los funcionarios del hospital, a pocos días del 130 aniversario.
“Acá hemos vivido de todo. Las represiones durante la dictadura, las grandes manifestaciones, el Marzo Paraguayo. Muchas cosas pasamos en este hospital”, recuerdan quienes día a día van a trabajar al centro asistencial.
Clínicas no es solamente un lugar de atención médica. Para muchos estudiantes, como el doctor Agustín Saldívar, llegó a ser un hogar durante varios días a la semana. Con sus profesores aprendieron más de lo que decían los libros.
“Varios maestros que tuve acá me inculcaron que la medicina no tiene que tener como finalidad el lucro. Debe ser una actividad para lograr lo máximo que tiene y si el paciente no tiene, el médico se convierte en un gestor social. Eso fue como un aprendizaje casi religioso”, cuenta el doctor Agustín Saldívar, quien está en el hospital hace 38 años.
En la actualidad, el Hospital de Clínicas además de seguir formando profesionales en tiempos turbulentos donde la enseñanza es cuestionada por la proliferación de universidades garaje, apunta a seguir brindando la calidad y calidez a sus pacientes, enfatiza el doctor y director general asistencial, Jorge Giubi.
Avatares. Desde un principio, Clínicas tuvo que lidiar con las limitaciones de los recursos para funcionar. Fue creado un par de décadas después de la debacle del país luego de la Guerra contra la Triple Alianza.
Luego vinieron las revoluciones, la dictadura stronista. Y cada año, la lucha constante por más presupuesto.
Sobre todo, teniendo en cuenta que en el país, el presupuesto para la salud en general es limitado, porque las necesidades son ilimitadas.
“Hoy en día, el Hospital de Clínicas necesita un sinceramiento en su presupuesto para que pueda estar a la altura de las prestaciones que ofrece, que son de alta complejidad”, puntualiza Giubi.
El referente del hospital-escuela enfatiza que ya entrado este siglo XXI es necesario que no solo Clínicas avance en el mundo, donde la tecnología está presente; también toda la salud pública del país. Sin embargo, todavía hay cuestiones pendientes desde hace años.
“Nosotros no podemos pretender tener prestaciones tecnológicas de primer mundo si no estamos todavía supliendo necesidades básicas de nuestros pacientes”.
Giubi comenta que el hospital ya está habilitado por el Instituto Nacional de Ablación y Trasplante (INAT) para realizar trasplantes cardiacos. Este es otro servicio que estará disponible en el centro asistencial que al año realiza 15.000 cirugías.