“Los informáticos se dieron cuenta de que había un problema. Se dijeron que sería una avería (...), pero cuando llegó una petición de rescate de 10 millones de dólares, lo entendieron”, explica el director del hospital, Giller Calmes.
La petición de rescate estaba formulada en inglés, especificó una fuente policial.
Este ciberataque contra el Centro Hospitalario Sud-Francilien (CHSF), en Corbeil-Essonnes, hace que “por el momento sea inaccesible todo el software comercial del hospital, los sistemas de almacenamiento (en particular, imágenes médicas) y el sistema de información relacionado con las admisiones”, indicó en un comunicado el lunes el nosocomio, que se está viendo obligado a derivar a los pacientes a otros centros.
Se ha abierto una investigación por intrusión en el sistema informático e intento de extorsión por parte de una banda organizada a la sección de delitos cibernéticos de la oficina del fiscal de París. Según una fuente cercana, “se ha identificado una familia de ransomware”.
Lea más: La tecnología nubla nuestra capacidad de adaptación
El centro, que da cobertura sanitaria a unos 600.000 habitantes, ha puesto en marcha un plan de emergencia para garantizar la continuidad asistencial.
Esta no es la primera vez que un hospital es atacado: desde hace unos dos años se viene produciendo una ola de ciberataques dirigidos al sector hospitalario francés y europeo.
En 2021, se produjo de media un incidente semanal de este tipo en centros sanitarios franceses, según fuentes oficiales.
Según los expertos, los cibercriminales o bien actúan a ciegas atacando de forma aleatoria cualquier sistema informático hasta que logran penetrar en uno, o bien creen equivocadamente que ocurrirá como en el caso de los hospitales estadounidenses, centros a menudo privados con un importante presupuesto que sí ceden cuando hay extorsiones.
Los centros públicos franceses, debido a su estatuto, no están autorizados a hacer esa clase de pagos.