El número de camas ocupadas por pacientes positivos aumentó en Alemania en un 50% con respecto a la semana pasada y los hospitales se enfrentan a “semanas extremadamente difíciles”, según declaró al grupo de medios RND.
Por su parte, el director del Registro de Medicina Intensiva (DIVI), Christian Karagiannidis, explicó a este mismo grupo de medios que en algunas regiones alemanas ya existen focos en los que apenas quedan camas libres en las Unidades de Cuidados Intensivos por Covid-19.
Según datos del DIVI, en estos momentos hay unos 1.660 pacientes positivos por coronavirus ingresados en las UCI alemanas, de los cuales aproximadamente un 50% requiere tratamiento por los efectos del virus.
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Los contagios entre el personal hospitalario y las consiguientes bajas laborales suponen un problema añadido para los centros médicos, que ya de por sí operan con una falta crónica de profesionales.
Es por ello que la Asociación de Hospitales no descarta que en un futuro próximo sea necesario para algunos centros volver a cancelar intervenciones de carácter no urgente o cerrar determinadas alas a nuevos ingresos.
Según datos del Instituto Robert Koch (RKI) de virología, este martes la incidencia acumulada a siete días se situaba en 799,9 nuevos contagios por cada 100.000 habitantes, mientras que hace una semana eran 374 y hace un mes, 220,9.
Por otro lado, en las últimas 24 horas se detectaron 136.748 nuevos casos y se registraron 199 muertes.
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No obstante, en esta estadística solo influyen los positivos detectados con pruebas PCR, que en estos momentos solo se realizan en ocasiones específicas, por lo que los expertos parten de que la cifra real es de tres a cinco veces mayor.
Las autoridades sanitarias alemanas consideran que el país se encuentra al inicio de una séptima ola y advirtieron de que en esta ocasión se podría ver acompañada de una epidemia de gripe, después de que el invierno pasado las restricciones por la pandemia redujesen el número de casos de esta enfermedad.
Por ello, el ministro de Sanidad, Karl Lauterbach, aconsejó que los mayores de 60 años reciban un combinado de la cuarta dosis anti-Covid –el segundo refuerzo– y de la vacuna contra la gripe.