Desde 2004 un equipo de expertos en vida silvestre que trabajan para la Fundación Huilo Huilo en esta área natural protegida situada en la Patagonia andina lleva a cabo un proyecto para reproducir huemules en ambiente controlado.
El objetivo de estos científicos es lograr que la región chilena de Los Ríos vuelva a tener una población considerable de huemules, una especie que estuvo presente en la zona hasta principios de los años noventa.
Según los encargados del proyecto, esta puede ser la última esperanza del cérvido, con una población estimada actualmente en menos de 2.000 ejemplares, según datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
“Era un desafío bastante grande porque iniciamos la reproducción con sólo un macho y una hembra, por lo que no podíamos cometer ningún error”, explica a Efe el director del departamento de Vida Silvestre de la Fundación Huilo Huilo y jefe del proyecto, Fernando Vidal.
Tras diez años de funcionamiento, el programa de conservación de este centro, inédito en Chile, cuenta ya con dieciocho huemules, de los cuales cinco machos adultos están listos para abandonar el cautiverio, buscar nuevas tierras y entrar en una nueva fase de “liberación blanda”.
En esta parte del proceso, los huemules se desplazarán fuera del perímetro semicontrolado de más de 100 hectáreas y tendrán que adaptarse y sobrevivir a depredadores naturales, como el puma y el zorro culpeo.
“La vida para ellos no cambia mayoritariamente porque ya conocen el ambiente y no tienen que buscar comida, refugio o pareja. Así minimizamos las adversidades que puedan encontrar. Además, estarán monitoreados” con un dispositivo que llevarán en el cuello, detalla Vidal.
Su liberación está programada para octubre, pero la decisión está paralizada, a la espera de que el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) dé su autorización.
“Hemos comprobado paso a paso que el proyecto es viable, hemos desarrollado técnicas de manejo que han permitido multiplicar la especie de forma concreta y, como ciudadanos chilenos, creemos que el Estado debe dar los permisos para poder continuar con nuestro trabajo”, recalca el experto.
El éxito del proyecto, según Vidal, es que el equipo ha moderado los niveles de estrés en los animales, al no invadir su territorio y restringir las visitas, porque esta especie tiene un sistema inmunológico muy sensible a los patógenos que transmiten el ser humano y los animales domésticos.
Incluso, cada vez que el equipo entra a inspeccionar a los huemules, desarrolla un estricto protocolo que implica desinfectar las ruedas de los vehículos y asegurarse de que las ropas no estén contaminadas.
Bajo la frondosa vida silvestre, de bosque húmedo templado, vive este escurridizo ciervo de pelaje café oscuro y de largas orejas empinadas, que la mayoría de las veces prefiere esconderse en medio de los altos árboles de la selva.
El perfecto ecosistema que alberga a estos animales es rico en lagos y cursos de agua naturales que bajan desde los glaciares y que hacen crecer los helechos y el musgo, el alimento preferido de estos cérvidos.
Durante el proceso de conservación de los huemules, el equipo de Huilo Huilo también ha hecho importantes descubrimientos sobre su adaptación, biología y comportamiento.
“La literatura científica decía que son fértiles a partir del tercer año y que se reproducían cada dos o tres años, pero hemos descubierto que tienen una capacidad mucho mayor de reproducción. Ahora sabemos que son fértiles al año y medio y que se reproducen todos los años”, puntualiza Vidal.
La importancia de esto, indica el experto, es que ahora saben que su exterminio se debe, en gran parte, a que los huemules que viven en zonas silvestres no tienen garantizada una buena alimentación.
Precisa que “las mejores tierras productivas se han asignado al ganado y al huemul se le ha relegado a la cordillera”.
“Se le describe como un ciervo andino, y hoy sabemos que es un animal que podría ocupar el valle central sin ningún problema”, añade el jefe del proyecto de Huilo Huilo.
La deforestación de los bosques nativos, los perros domésticos y los seres humanos son algunos de los factores, que, según la UICN, han provocado la casi extinción de los huemules.
Estos asustadizos y robustos cérvidos, que habitan en Chile y Argentina, se encuentran a la deriva y corren el grave peligro de existir sólo en la heráldica chilena.
“Ante casos similares, otros países han adoptado medidas de conservación extremas, pero Chile aún no ha tenido la visión ni la capacidad para tomar esas decisiones”, lamenta Fernando Vidal.
Júlia Talarn y Camila Vera