Los hallazgos, que publica la revista ‘PLOS Computational Biology’, detallan que los patos, ratas, ratones, cerdos y pollos tienen una susceptibilidad menor o nula a la infección en comparación con los humanos.
“Saber qué animales son susceptibles al SARS-CoV-2 nos ayuda a prevenir la creación de reservas de animales a partir de las cuales el coronavirus puede volver a emerger con el paso del tiempo”, explica el director del CRG y autor principal del estudio, Luis Serrano.
“Nuestros hallazgos ofrecen una pista de por qué la enfermedad infecta a los visones, que están estrechamente relacionados con el hurón. Esta situación se acentúa por sus condiciones de vida en espacios abarrotados y el contacto cercano con trabajadores humanos”, detalla.
Según Serrano, “aunque también encontramos una susceptibilidad potencial a la infección en gatos, estos no coexisten con los humanos en las mismas condiciones que otros animales, lo que puede explicar por qué hasta ahora no se conocen casos de personas infectadas por sus mascotas”.
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Los investigadores estudiaron diez especies, de las que cinco (humanos, gatos, hurones, civetas y perros) tuvieron casos documentados de infección por SARS-CoV-2, mientras que no hay casos detectados en ratones, ratas, cerdos, pollos y patos.
Los científicos utilizaron modelos computacionales para probar cómo el coronavirus usa sus proteínas espiga, que sobresalen de la superficie del virus, para infiltrarse en las células de diferentes animales.
Así comprobaron que las variantes del receptor ACE2, por donde entra el coronavirus, en humanos seguidas de las variantes en los hurones, gatos, perros y civetas tienen mayor afinidad de unión a la proteína espiga viral, mientras que ratones, ratas, pollos y patos tienen poca energía de unión.
También experimentaron con el “índice de adaptación de codones” de las diferentes especies, que es la eficacia del coronavirus para controlar la maquinaria de una célula una vez que ha entrado.
Los seres humanos, pollos y patos tienen el índice de adaptación de codones más alto, mientras que las otras especies están peor adaptadas.
Teniendo en cuenta tanto la afinidad de unión como el índice de adaptación de codones, los investigadores concluyeron que los humanos, seguidos por los hurones, y en menor medida por gatos, civetas y perros, son los más susceptibles a la infección por coronavirus.
También descubrieron que ciertas variantes humanas de ACE2 mostraban diferencias en la estabilidad y unión a la proteína espiga, una sensibilidad que puede explicar por qué algunas personas sufren síntomas graves de Covid-19 y otras no.
“Hemos identificado mutaciones en la proteína S que reducen drásticamente la capacidad del SARS-CoV-2 para entrar en la célula, protegiendo al huésped de la Covid”, indica el investigador del CRG Javier Delgado.
“Ahora estamos diseñando miniproteínas a partir de la proteína ACE2 humana para ‘distraer’ la atención del virus en las puertas de entrada de las células y bloquear una infección. Si en el futuro surgen nuevas mutaciones de la proteína espiga, podemos diseñar nuevas variantes para bloquearlas”, avanzó el investigador.
Según la OMS, desde junio de 2020 se identificaron 214 casos en humanos de Covid-19 en Dinamarca con variantes del SARS-CoV-2 asociadas a visones de cultivo, incluyendo 12 casos con una variante única que fue identificada el 5 de noviembre.
Los hallazgos preliminares indican que esta variante particular asociada al visón tiene una sensibilidad moderadamente reducida a los anticuerpos neutralizantes, aunque esto no se ha demostrado