24 nov. 2024

IA es energía y ética

En mayo del 2023 el WEF, World Economic Forum, publicó un estudio sobre El Futuro del Trabajo. En el mismo nos advierte que los grandes cambios en el mercado laboral están aconteciendo por la revolución tecnológica, sobre todo en el ámbito de la IA, la inteligencia artificial. Sobre un total de 673 millones de empleos considerados en el mundo, en este estudio se prevé que con la adopción de estas tecnologías se estén creando 69 millones de nuevos empleos. Pero, se van a perder 83 millones. La suma algebraica es menos 14 millones de empleos, el 2% del total del mercado en cuestión. Esto mismo dice Sam Altman de Open IA, él calcula que cuando en breve se lance el upgrade de su tecnología cien millones de empleos pueden dejar de existir.

El viernes pasado Alphabet Inc. Google, saltó en la valorización de sus acciones, en un solo día, capitalizándose en 2,1 mil millones de dólares, algo nunca visto en la historia del mercado de valores. Cada acción llegó a apreciarse 10% llegando a 171,95 dólares y ahora se prepara a pagar dividendos. Todo, por expectativas derivadas de ventas por 67 mil millones de dólares en el primer trimestre, en buena parte provenientes de su unidad de negocios que más crece, la de la inteligencia artificial en la nube.

El gran tema es el siguiente. Los resultados en el uso de la inteligencia artificial son asombrosos en ganancias de eficiencia para la productividad humana. Pero la energía eléctrica que consume también es asombrosa. Ergo, en términos de costo de oportunidad, en cálculos económicos, la contradicción es que se gana en productividad, pero el costo energético es enorme. Cómo queda el cuadro de resultados final, the bottom line. Puede ser que en algunos países no sea sostenible. La gran jugada para el éxito de la inteligencia artificial es si, primero, se la utiliza para mejorar la capacidad de mejorar enormemente la eficiencia en el uso de la electricidad, que será el insumo más costoso de la IA. El tema es pura energía. Y aquí Paraguay puede ser un jugador global.

Una nueva especie

La inteligencia artificial es una nueva especie digital. Por lo tanto, de ahora en más podremos tener nuevos compañeros pensantes que sean digitales, que nos acompañarán a los seres humanos en nuestra vida sobre la tierra, trabajando, calculando, creando, haciendo. Debemos prepararnos para eso. Convivir con ideas, pensamientos, conceptos, productos, música, retratos, libros, planos de edificios, etcétera, que serán hechos por compañeros de trabajo que no tienen una existencia biológica.

Hoy la IA es un río permanente de creatividad que impregna a todo el planeta. Crea poesía, imágenes, música, videos, artículos y amplifica la imaginación humana. Inconcebible. Se suponía que no habría empatía. Pero hoy millones de personas tienen diariamente conversaciones significativas con un interlocutor inteligente que no es una persona humana. Hay lógica y empatía. La gente habla hasta emotivamente de sus sueños, temores y esperanzas. Todo se trata de espirales exponenciales de datos acumulados y computación. La versión actual de IA utilizó cinco millones de veces más computación que un Atari de hace 10 años atrás. Son billones de parámetros de computación trabajando a toda velocidad. Una persona inteligente que lee durante toda su vida, y hace solo eso, digamos durante 12 horas por día, consumiría 8 millones de palabras. Un sistema de inteligencia artificial puede consumir 8 billones de palabras en un mes de entrenamiento. Y esta capacidad se va a incrementar.

Oportunidades infinitas

Internet nos da el navegador y el teléfono celular nos provee de aplicaciones. Del mismo modo, la supercomputadora en la nube nos regala oportunidades infinitas. Todo estará representado por una interfaz lista para conversar. Una inteligencia artificial personal. Esta interfaz tendrá conocimiento infinito, objetivamente preciso y confiable, disponible para cualquier persona, que la sepa manejar. Ojo con esto. Cómo estamos preparados los paraguayos para esto. Ya quiero llorar. La IA también tendrá un ecualizador excepcional, será amable, solidario, colaborativo, empático. En fin, todo lo que nos falta.

Otro ejemplo, cualquiera podrá tener un tutor personal en su bolsillo y un doctor clínico general para consultas rápidas. El abogado de bolsillo y sin título (algo ya inventado en el Paraguay), estará a un toque de distancia, en el smartphone de última generación. No solo las personas tendrán su asistente de inteligencia artificial. Las empresas y los gobiernos que sepan manejarla, también. Estará al alcance de todos. Cada ciudad podrá estar representada por una persona interactiva única, con inteligencia artificial. Por ejemplo, Nenecho y Carlos Echeverría ya podrían no ser los portavoces de su ciudad. Este último se puede esconder tranquilamente cuando venga un temporal. Otro va a hablar por él. El quincho puede contratar a uno de la nueva especie digital sin tener de secretario a alguien de carne y hueso. No lo tomen a mal, esto es solo una metáfora pedagógica, para entender al futuro que se viene.

Estos asistentes digitales no serán mecánicos. Serán eficientes colegas, amigos, confidentes y socios. Tan variados como son los seres humanos a quienes imitan. En consecuencia, en vez de tener a Calé como tu compañero de parranda, podrás pedir que un sábado por la noche venga a tu smartphone Paul Mc Cartney para hablar y farrear. Qué tal. Estoy soñando mucho. Los de la especie con inteligencia digital interactuarán entre ellos, además de conectarse con seres humanos.

Conclusión

La próxima década será la más productiva de la humanidad. El Paraguay es uno de los países con más baja productividad en el mundo todo. No sabe ni puede utilizar toda su energía de Itaipú y tiene a mucha gente joven subempleada y desempleada, o que no está capacitada para trabajar y producir todo lo que podría.

Aun así, tiene una enorme oportunidad. Le vendría bien ser el alojamiento de las centrales mundiales de IA. Así como el país produce alimentos para el consumo del mundo, tiene el insumo más importante que consume la nueva especie digital: Electricidad renovable. La inteligencia artificial consume muchísima energía; necesita de plataformas digitales robustas y veloces; exige capital humano que domine las matemáticas, idiomas, códigos computacionales y; no puede instalar su cuartel de gestión en una sociedad sin ética, por los enormes riesgos de su uso malintencionado. El Paraguay tiene mucha energía, pero no tiene ética, comenzando por el imperativo básico. Luego, le falta capital humano con matemáticas e idiomas y sus redes digitales y eléctricas no tienen, por ejemplo, suficiente redundancia.

Desbloquear el crecimiento y el desarrollo humano de una nación primitivista como el Paraguay conlleva enormes desventajas. Muchos no quieren que todos accedan a los beneficios del desarrollo porque ellos pueden quedar obsoletos, ya que su cultura es agro-pastoril; hasta allí llega su tecnología.

La economía se expandió cuando el hombre descubrió nuevos continentes y conquistó nuevos territorios. Pero, se colonizó, asesinó y explotó a sus poblaciones originarias. El hombre industrializó las materias primas, pero las fábricas no eran saludables y los salarios eran insuficientes para los obreros que fueron subyugados por centenas de años. En el Paraguay el setenta por ciento de la PEA hoy no recibe el mínimo ni tiene IPS. El hombre supo hallar hidrocarburos, pero contaminó todo el planeta. Tenemos a la inteligencia artificial disponible. Usa muchísima energía y cantidades enormes de ética para poder funcionar. Repito, el Paraguay tiene energía, pero no tiene ética. Así no podremos ser un cuartel de Open AI, por ahora. Pero podemos darnos un choque de gestión. Alguien lo debe poder hacer. En plataformas digitales, en educación y en ética. Al final descubrimos que esta última también es un gran negocio. Saludos cordiales.

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Laura Ruiz Díaz – laura.ruizdiaz.txt@gmail.com