Empresario, padre y concepcionero con la política en la sangre: Oscar Pulciano Cabral Guens. En esta nota, hablamos sobre su motivación para incursionar en política, sus mayores inspiraciones y sus sueños para su comunidad.
¿Por qué decidió empezar a activar en política?
Toda mi vida observé a mi padre y a mis tíos participar en política, ayudando a los demás. Noté que ellos representaban a muchas personas y lograron hacer mucho por su ciudad y su país en tiempos donde el ingreso en impuestos era mucho menor, porque estaban mejor encaminados.
La política no me llamaba mucho la atención, pero me di cuenta que es asunto de todos. Es imprescindible que la gente de bien, que realmente está cansada de la situación actual o tiene críticas constructivas, se involucre y sea parte de un verdadero cambio.
En el Paraguay vivimos el “no se puede”, “no hay rubros” y el infaltable “así nomás”; yo no quiero creer que no podamos ser mejores, que no podamos brindar los servicios básicos a nuestra gente. Yo creo en el “sí se puede”, “los rubros alcanzan si nadie roba” y “nos organizamos y pugnamos por cargos preponderantes”; debemos hacer algo para cambiar la situación del país activamente, hacer valer nuestros derechos y asumir nuestra obligación como ciudadanos de un estado democrático, en una República, e involucrarnos siendo parte de la solución.
A nivel mundial, ¿con qué político o dirigente usted simpatiza más y por qué?
A nivel mundial simpatizo con Abraham Lincoln, quien fuera considerado uno de los mejores presidentes de Estados Unidos. Ayudó a constituir al país como uno solo tras la Guerra Civil, logró la liberación de los esclavos, su ambición por los negocios logró beneficiar los productos internos y, además, logró mejoras en la infraestructura de todo el país.
¿Cómo considera usted que se podría mejorar su comunidad?
En mi opinión, uno de los principales condicionantes para que las gestiones institucionales se hagan en forma es el personalismo, además del revanchismo, por así decirlo.
Precisamos políticos más empáticos con el pueblo. La conciencia y la calidad de persona son de suma importancia, ahí es donde el pueblo debe elegir correctamente a sus representantes y, si hay algo de quien debamos ser fanáticos, que sea del Paraguay.
Se necesita presentar proyectos, transparentar la gestión y apoyar a otros de distintas corrientes políticas. Es necesario el involucramiento de la sociedad en cuestiones de importancia, ser partícipes de la gestión, acompañar la misma y organizarse; solo así se puede mejorar desde adentro.
Es crucial un trabajo coordinado interinstitucionalmente para que todos los proyectos que puedan ser presentados no sean solo soluciones temporales. Hay mucho más por mejorar y puedo seguir extendiéndome, pero la clave es que todos necesitamos de todos y nadie puede hacer grandes cosas solo.
¿Cómo es la ciudad en la que le gustaría que crezcan las futuras generaciones?
Me gustaría que las futuras generaciones crezcan en una ciudad donde abunden las oportunidades de desarrollo laboral y personal. El trabajo dignifica al ser humano y le da la libertad de elegir su camino, desarrollarse profesionalmente y encaminar su vida en aras de un mejor porvenir. Por otro lado, la educación es un asunto de vital importancia, porque un pueblo sin educación es un pueblo sin futuro.
La seguridad es lo tercero que me gustaría que esté afianzado en la ciudad. Es sumamente importante para las familias, las empresas y toda la población en general tener una ciudad segura. Por sobre todas las cosas, es mi profundo deseo y anhelo máximo que la salud sea funcional a la necesidad real de la población y a la demanda que pueda presentarse en situaciones específicas, como la actual.
El embellecimiento, mantenimiento, promoción y cuidado de nuestros recursos naturales e históricos, para incentivar el turismo y, por qué no, para el disfrute de la comunidad. Es crucial propiciar la inversión con compromiso hacia la naturaleza.
Todo esto se logra con una administración transparente y la inversión constante en obras de la ciudad. Soñar no cuesta nada, pero esencialmente podríamos empezar con estos puntos básicos tan realizables si tan solo nos dignamos a hacer las cosas bien. Por último, quiero dejar un mensaje de un gran filósofo de nuestros tiempos, llamado Facundo Cabral. Él decía: “Si los malos supieran qué buen negocio es ser bueno, serían buenos al menos por negocio”.