EFE
Los expertos descubrieron que la proteína humana interleucina-33 (IL-33) actúa como un “detector” de numerosos tipos de alérgenos en las vías respiratorias, como el polen o los ácaros.
Al llegar a las vías respiratorias, los alérgenos liberan unas enzimas llamadas proteasas que cortan en trozos la interleucina-33, lo que provoca una reacción en cadena responsable de los síntomas alérgicos.
“Hasta ahora se trataban los síntomas de las reacciones alérgicas, pero este descubrimiento permitirá actuar en el origen, incluso antes de que se produzcan”, explicó a Efe el codirector del estudio, Jean-Philippe Girard, que aseguró que se trata de “uno de los hallazgos del año en el ámbito de las alergias”.
Girard apuntó que si se consigue bloquear la IL-33 con anticuerpos, se podrían limitar las crisis de asma provocadas por algunos alérgenos presentes en el aire, e indicó que algunas grandes farmacéuticas ya han empezado a investigar en este sentido.
El descubrimiento también “puede ser clave” para tratar a los afectados por el “asma profesional”, desarrollado por algunos trabajadores que manipulan detergentes (que contienen la proteasa llamada subtilisina) o frutas como la papaya en grandes cantidades.
Para llegar a este hallazgo, los investigadores, miembros del Instituto Nacional de la Salud y de la Investigación Médica de Francia (Inserm) y del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS), utilizaron 14 alérgenos diferentes.