Su descripción se publica en la revista Nature Medicine en un artículo liderado por investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC): la hematopoyesis clonal es un nuevo factor de riesgo cardiovascular, completamente diferente de los factores de riesgo tradicionales estudiados en las últimas décadas.
Esta está provocada por mutaciones adquiridas en células madre sanguíneas. Se sabía que este fenómeno está asociado a un mayor riesgo cardiovascular, pero hasta ahora no se había definido si es causa o consecuencia de la enfermedad cardiovascular.
El estudio, según los autores, “resuelve un debate clave en la comunidad médica": la hematopoyesis clonal es una nueva causa de aterosclerosis, la formación de lesiones en la pared arterial que subyace a la mayoría de los trastornos cardiovasculares.
Se sabe que una persona adulta genera diariamente cientos de miles de millones de células sanguíneas, lo que conlleva la acumulación de mutaciones en el ADN de dichas células. Estas mutaciones se denominan somáticas y son adquiridas, no heredadas, explica una nota del CNIC.
Aunque la mayoría son inocuas, algunas confieren a las células afectadas una ventaja competitiva que les permite expandirse progresivamente, generando poblaciones clonales de células sanguíneas mutantes, fenómeno que se conoce como hematopoyesis clonal, explica José Javier Fuster, líder de la investigación.
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El equipo realizó un análisis longitudinal utilizando datos del estudio ‘PESA-CNIC-Santander’, con 4.000 participantes de mediana edad aparentemente sanos y examinados periódicamente desde 2010 (PESA es una colaboración entre el CNIC y el Banco Santander).
Utilizó técnicas de secuenciación de ADN de alta sensibilidad para detectar mutaciones somáticas en muestras de sangre y técnicas de imagen no invasiva para evaluar la presencia y progresión de la aterosclerosis.
Según los resultados, las personas con mutaciones ligadas a hematopoyesis clonal al inicio del estudio tenían más probabilidades de desarrollar aterosclerosis en los siguientes años. Los datos indican que estas mutaciones contribuyen al desarrollo de la aterosclerosis, pero no son una consecuencia de ella, resume Miriam Díez-Díez.
La investigación sugiere que atacar los efectos de estas mutaciones somáticas podría ayudar a prevenir la enfermedad. El segundo estudio, publicado en European Heart Journal, sienta las bases para ello.
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De entre las mutaciones ligadas a hematopoyesis clonal, las mejor caracterizadas son las que afectan al gen TET2.
El grupo de Fuster, en colaboración con el de Pradeep Natarajan, del Broad Institute en Boston, propone que los efectos adversos de las mutaciones en TET2 podrían mitigarse con un fármaco antiinflamatorio, la colchicina.
En estudios en modelos animales, el CNIC demostró que la colchicina atenúa las respuestas inflamatorias y el desarrollo de aterosclerosis con células mutantes en TET2 -haciéndolos comparables al de animales no mutantes-.
En paralelo, desde el Broad constataron que el riesgo de tener un infarto cardíaco se ve atenuado en personas con mutaciones en TET2 tratadas con colchicina para otras enfermedades.
La colchicina es un fármaco de origen vegetal; se utiliza frecuentemente como antiinflamatorio en otras patologías como la gota.
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Según María Ángeles Zuriaga, es un medicamento muy barato y ya aprobado para prevenir la enfermedad cardiovascular por las autoridades, lo que facilitaría su uso para prevenir el riesgo cardiovascular en personas con mutaciones en TET2.
No obstante, aclaran los autores, son necesarios nuevos ensayos clínicos. Las dos investigaciones se presentan este viernes en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología en Londres.
Fuente: EFE.