En medio del escenario convulso, la Iglesia, a través del cardenal Adalberto Martínez Flores, reflexiona sobre los tiempos difíciles que se viven en el país, y advierte que el sistema democrático está bajo una grave amenaza a su institucionalidad por el avance descontrolado de la corrupción, la impunidad y el crimen organizado. Las conversaciones vía WhatsApp entre el fallecido diputado colorado Eulalio Gomes y funcionarios judiciales y diputados destaparon un cofre pestilente, y persiste el temor de que nuevamente triunfe la impunidad.
La Iglesia comparte la misma preocupación ciudadana, que asiste atónita a las revelaciones que han surgido de los datos extraídos del celular del fallecido diputado colorado Eulalio Lalo Gomes. Al respecto, afirma el cardenal que es una evidencia del “grave manejo de la Justicia en el país”, y agrega que “los chats revelan negociaciones ilegítimas que afectan la lucha contra la corrupción, el crimen organizado y el narcotráfico. Las conversaciones dan a conocer la corrupción en la que están involucrados algunos miembros del Poder Judicial, el Ministerio Público y el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados”.
Para el cardenal, lo sucedido entorpece los esfuerzos de sanear la corrupción en la Administración Pública, por lo que exhorta a la Fiscalía a llevar una investigación “severa e imparcial”, sancionando a los culpables, depurando las instituciones involucradas para garantizar que “actúen con independencia y transparencia”, y se pueda poner fin a la injerencia política en la Justicia.
De esta manera, y en la antigua tradición del magisterio de la Iglesia, y como en los peores tiempos de la dictadura de Stroessner, insiste en su mensaje: “Necesitamos gente que viva con pasión su vocación política, que anteponga el bien común a sus intereses y que no se deje amedrentar por los poderes subterráneos. No podemos permanecer callados e indiferentes ante los hechos de corrupción y la impunidad”.
Recordemos que el diputado colorado cartista Eulalio Lalo Gomes había muerto en agosto de 2024 durante un allanamiento a su residencia en el operativo Pavo Real. Lalo Gomes estaba imputado por lavado de dinero vinculado al narcotráfico, y según medios del Brasil, tenía vínculos con narcotraficantes de ese país y era colaborador de Jarvis Chimenes Pavão, quien trabajaba con el Primer Comando Capital y otros grupos criminales.
Los chats revelados del teléfono muestran su enorme influencia con juezas, fiscales y otros diputados y funcionarios. Los mensajes de Gomes, que fueron desvelados tras el peritaje de su celular, exhiben toda la podredumbre que se ha extendido en las instituciones y en las personas que ejercen importantes cargos, personas que deberían estar impartiendo justicia de manera independiente, y sin embargo recibían órdenes de un diputado sospechado de tener vínculos con el narcotráfico. El hecho de que no haya habido una renuncia masiva de jueces y fiscales –particularmente de quienes aparecen en este rosario de reveladores mensajes– nos da precisamente la talla moral.
Hace un par de meses, durante la novena en Caacupé, el cardenal Adalberto Martínez Flores ya había condenado la corrupción pública y privada como inadmisible, y de manera contundente había afirmado que se trata de un grave pecado personal y social. “No se puede decir ‘Señor, Señor’ y robar los recursos públicos, que condena a cientos de miles a una vida desmejorada e indigna de su condición humana”.
Ante el escenario que vive el país, no cabe dudas de que es momento de despertar. Se deben recuperar los valores y la vergüenza; sobre todo, como había afirmado en Caacupé el cardenal Martínez: “Los paraguayos necesitamos organizar la esperanza para superar las situaciones de profunda inequidad social, ello requiere perseverancia, pues se trata de rehacer el tejido social y moral de la Nación”.