En concordancia con la realidad actual, uno de los puntos fuertemente fue la concentración indebida del poder. Esto lo vuelve excluyente y distorsiona la autoridad hacia el autoritarismo.
“A su vez, propicia la vulneración de derechos sociales, políticos y económicos fundamentales, creando un ambiente de miedo y sumisión. Los abusos de poder debilitan la confianza en las instituciones democráticas”, aseveran.
Agregan que la subordinación de las instituciones públicas al poder económico subyuga voluntades e impide un ejercicio democrático más genuino, no limitado solamente a elecciones periódicas.
“Esto contribuye a la descomposición moral y social, y limita el crecimiento de una sociedad basada en la justicia y en el respeto irrestricto a la dignidad humana”.
La situación de la educación paraguaya no pasó desapercibida para los obispos en la carta dada a conocer.
La falta de inversión suficiente de parte del Estado, la escasez de recursos y desinterés en muchos sectores están afectando a la educación.
Esto repercute en una generación de estudiantes que no alcanzan su potencial, afectando su desarrollo personal y profesional y perpetuando un ciclo de pobreza y exclusión.
“Son necesarias una urgente revisión y la implementación de un nuevo sistema educativo que apunte a una formación integral de la persona”, enfatizan.
La corrupción desde las clases dirigenciales, dicen en otra parte de la carta, defrauda y desmoraliza al pueblo al que debe servir. A su vez, desvían recursos que son urgentes para brindar al pueblo salud y educación.
Cuando esta práctica ocurre en el ámbito privado, fomenta un ambiente de competencia desleal y reduce el acceso de oportunidades para quienes no participan en ella.
Mundo. La actual crisis climática fue otro de los temas incluidos en el documento de los referentes eclesiales.
La explotación inmisericorde la casa común, como denominan al planeta, repercute sobre todo en los más pobres, indígenas, campesinos, pescadores, quienes dependen de estos recursos para su subsistencia.
Cuestionaron también los constantes atropellos a las comunidades indígenas. Además del abandono y la marginación están desprotegidas por las instituciones del Estado que no cumplen ni hacen cumplir los mandatos que las defienden en todo el país.
El abandono de los pequeños productores fue otro reclamo hecho en el documento de los obispos. Hasta ahora, no se conocen políticas públicas que impulsen el desarrollo rural incorporando a los pequeños productores.
Agregan que la creación del Viceministerio de Agricultura Familiar Campesina no ha tenido resultados al no tener recursos asignados, expresan en otra parte del documento.