“Si se ha juzgado que se han cometido errores, pedimos la comprensión y el perdón; y junto con las observaciones correspondientes también pedimos prevalecer por encima del juicio la misericordia”, señala parte de la carta de los religiosos.
Apunta que <strong> la actuación de algunos Obispos del Consejo Episcopal Permanente de la CEP la noche del 21 de junio se debió a la noticia recibida de un inminente derramamiento de sangre. Se quiso evitar que hubiera otro hecho delictuoso entre hermanos </strong>.
“Los obispos, sabiendo que nuestra misión primordial es crear un ambiente de paz y de comunión, asumimos nuestra responsabilidad en el caso que no hayamos dado testimonio de comunión. También nosotros perdonamos aquellas expresiones que fueron más allá de la caridad y el respeto que nos debemos mutuamente”, señala además la carta.
Los religiosos reconocen “sus limitaciones y errores como Iglesia, por no estar atentos a la conducción de Dios en esta nuestra historia de salvación”. Y alegan que quizá han puesto “el acento más en lo humano que en lo divino”.
La noche previa a la destitución de Lugo de la Presidencia de la República (21 de junio), un grupo de obispos (Claudio Giménez, Edmundo Valenzuela y el nuncio Eliseo Arioti) llegó hasta Mburuvicha Róga para solicitar al exmandatario presentar su renuncia a la Presidencia, para evitar hechos de violencia.
La carta de los obispos fue aprobada por la 195 Asamblea Plenaria Extraordinaria de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP), que se realizó los días 27 y 28 de agosto pasado en Asunción para tratar sobre los acontecimientos de junio pasado, cuando el expresidente Fernando Lugo, también exobispo, fue destituido del cargo en un juicio político parlamentario exprés. El mensaje fue hecho oficialmente público este viernes.