El obispo Edmundo Valenzuela, arzobispo de Asunción, recordó al joven José Daniel Zaván y mencionó que el caso podría ser un milagro atribuido a la beata María Felicia de Jesús Sacramentado, más conocida como Chiquitunga.
En ese sentido, señaló que solo falta un milagro más para que Chiquitunga sea considerada santa. Este martes llegaron a Paraguay las reliquias de la beata en medio de un emotivo recibimiento en el Aeropuerto Internacional Silvio Pettirossi.
“A José Zaván su madre lo encomendó bajo la protección de Chiquitunga. El joven también estuvo en su beatificación, hay una conexión histórica con la beata”, expresó Valenzuela y agregó que están documentando el caso del joven Zaván.
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“Estamos documentando para que la ciencia pueda decir que aquí solo pudo intervenir Dios, porque científicamente no tiene explicación de que haya un sobreviviente de una caída de 800 metros”, prosiguió y agregó que solo falta un milagro más para que María Felicia de Jesús Sacramentado sea considerada santa.
“Dios quiso salvar a uno cuya madre, desde Fuerte Olimpo, lo puso bajo la protección de Chiquitunga sabiendo que este joven había estado en la beatificación, fue muy devoto de ella”, resaltó.
Blanca Vaccari, madre del joven , en su momento señaló que por la gracia de Dios y Chiquitunga su hijo está con vida.
La llegada de las reliquias de la beata coincidieron con el Día de la Primavera y de la Juventud. María Felicia de Jesús Sacramentado nació en Villarrica el 12 de enero de 1925, ingresó a los 30 años al Monasterio de las Carmelitas Descalzas en febrero de 1955 y en agosto tomó el hábito y tuvo cuatro años de entrega silenciosa.
En 1959 falleció a raíz de una hepatitis infecciosa y en agosto de 2018 fue proclamada oficialmente como beata paraguaya. A los 14 años ya se unió a la Acción Católica, trabajó ayudando a niños, jóvenes trabajadores, universitarios con problemas y además a los pobres, los enfermos y los ancianos.
El accidente aéreo
El accidente aéreo se produjo a las 14.35 del martes 9 de febrero cuando la avioneta Cessna 402, con matrícula 0221, fabricada en 1989, con dos motores y dos hélices nuevas, se precipitó a tierra en el estacionamiento de la Fuerza Aérea en la ciudad de Luque, en el Departamento Central.
En el trágico accidente perdieron la vida el coronel diplomado Comando de Estado Mayor Aníbal Antonio Pérez Trigo, junto con el teniente 1° piloto militar Willian Martín Orué Román.
Además del diplomado de Estado Mayor Alfredo Darío Céspedes, el teniente 1° de Aviación Marcos Samuel Romero, el teniente de Aviación Manuel Guzmán Sotelo Riveros, el suboficial mayor de Aviación Pedro Nelson López Morales y el funcionario público Críspulo Almada.