Esto, en el marco de la celebración eucarística por la Solemnidad de Nuestra Señora de la Asunción que se realizó ayer por la tarde en la Catedral Metropolitana y siguiendo en la misma línea del tedeum.
Con el tema: La Virgen María convoca a los laicos para encarnar la palabra, el purpurado instó –siguiendo el mensaje del Tedeum– a los bautizados que participen en la vida pública, en las organizaciones vecinales, en su partido político, en las cooperativas. A aquellos que ocupan cargos de responsabilidad en los Poderes del Estado, en las instituciones públicas, en los gremios empresariales y en diversas asociaciones y empresas de la sociedad civil.
Les pidió ser fermento del evangelio y la sal que impide la corrupción y luz para iluminar y orientar las conciencias y las acciones hacia el bien. A las nuevas autoridades que asumieron, como bautizados, el cardenal les alentó a que en sus decisiones y en sus actos en el ámbito de su competencia reflejen valores del Reino de Dios.