La misa central realizada por la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María y la Festividad de la Virgen de Caacupé este viernes centró el mensaje de su homilía en torno a la necesidad de orar y utilizó la figura de la madre de Jesús como ejemplo de ello.
Ante la masiva concurrencia de fieles, autoridades, ministros y la presencia del presidente de la República, Santiago Peña, en la explanada de la Basílica Menor, afirmó que orar es para el creyente una necesidad “tan vital como respirar para el cuerpo”.
El obispo siguió explicando que la oración es una de las mayores bendiciones que tenemos mientras estamos sobre la tierra y que por medio de ella podemos “comunicarnos con nuestro Padre Celestial y buscar su guía diariamente”.
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“La oración es un diálogo franco y sincero con nuestro Padre Celestial. Debemos orar a Dios como lo hacía María, y nosotros ¿por qué o quién debemos orar?”, se preguntó.
Orar por la familia
Valenzuela describió que “vivimos en un tiempo donde la autoridad ya no predomina” y que la rebeldía y la falta de respeto cada vez van en aumento.
“La voz de los padres ya no es escuchada en muchos hogares. Los profesores, con angustia, dicen que ya no tienen autoridad sobre sus alumnos. Los ancianos ya no son tratados con respeto”, expresó e indicó que “el marido tal parece que ha dejado de ser cabeza de la familia”.
A su parecer, desde el más joven hasta el más adulto “se volvieron insolentes y revoltosos”, pero dijo que “Dios quiere cambiar a la familia para que sea la clase de familia que él anhela”. Siguiendo con su sermón resaltó que la oración al interior del seno familiar “es un factor de cambio muy importante” que ayuda a superar los momentos difíciles.
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“Es necesario que los hijos vean rezar a sus padres en el hogar. Nada puede suceder a través de nosotros si no nos sucede a nosotros primero”, recalcó.
Orar por los enfermos
El obispo de Caacupé aseveró que una de las razones por las que oramos es para pedirle a Dios que nos ayude en momentos de necesidad, especialmente cuando alguien que amamos está enfermo.
“Debemos confiar en que Dios sabe lo que es mejor para nosotros y para el enfermo, y que Él responderá a nuestra oración de acuerdo a su voluntad. Esto no significa que debamos dejar de orar por los enfermos. Al contrario, debemos continuar orando con fe y confianza, sabiendo que Dios nos escucha”, se explayó.
Que los gobernantes sean instrumentos
En otro momento de su reflexión, el obispo Valenzuela puso a los gobernantes que están sufriendo el acoso por parte de poderosos organismos internacionales” y que “no están exentos de las flaquezas humanas y que necesitan del auxilio del Espíritu Santo para ser fieles cada día”.
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“La Sagrada Escritura está llena de textos que nos piden que oremos por todos los que tienen una posición en los gobiernos del mundo. Un buen gobernante es un hombre comprometido con la justicia”, expresó.
Enfatizó en la necesidad de orar por los gobernantes “para que el Señor les ilumine y les dé sabiduría y se conviertan en instrumentos para promover la dignidad del ser humano, la libertad, la justicia, la paz y el bien común”
“Cuando predominan los justos, la gente se alegra; cuando los malvados gobiernan, la gente sufre”, añadió y recibió el aplauso efusivo de los feligreses.
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La educación paraguaya
Por otro lado, recordó a los jóvenes que habían expresado en su manifiesto su preocupación e impotencia por la educación siempre tan postergada y “que cada vez más condena a la pobreza”.
Seguidamente, reflexionó sobre el alarmante informe que dejó al descubierto el bajo desempeño de los estudiantes paraguayos.
Paraguay ocupa el puesto 80, el penúltimo entre los países evaluados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
“El nivel educativo no mejora. También hoy, nos hacemos eco de la preocupación manifestada por los referentes de la Educación Superior ante propuestas de cambiar la Ley 4995/2013.
A su criterio, la revisión, derogación o enmienda de dicha ley requiere de análisis profundo, de la opinión de expertos y un amplio debate.
“Dicha ley es un avance muy importante en la historia de la Educación Superior del Paraguay”, prosiguió.
El preocupante número de mujeres violentadas
Paraguay registró 40 víctimas de feminicidio en lo que va del año, según datos oficiales, superando ya al 2022, con 36.
Ante estos alarmantes números, monseñor lamentó que siga habiendo mujeres que sufren violencia sicológica, verbal, física y violencia sexual.
“Es impresionante el número de mujeres golpeadas, ofendidas, violadas. Las distintas formas de malos tratos que sufren muchas mujeres son una cobardía y una degradación para toda la humanidad”, criticó.
Se dirigió a los hombres y a toda la humanidad diciendo que “los testimonios de las víctimas que se atreven a romper su silencio son un grito de socorro que no podemos ignorar”.
“No podemos mirar para otro lado. Recemos por las mujeres que son víctimas de la violencia, para que sean protegidas por la sociedad y para que su sufrimiento sea considerado y sea escuchado por todos”, sostuvo y declaró que “la violencia contra las mujeres en todas sus formas es un grito al cielo”.
Pidió rezar por todas las mujeres víctimas de violencia, especialmente las niñas y adolescentes y luchar por una sociedad más justa, para que las proteja, las escuche y alivie su sufrimiento.