El cardenal hizo un llamado al cambio profundo de los corazones en este segundo domingo de Cuaresma. “Actuemos para transformar las estructuras de pecado, de injusticia, que aplasta la dignidad y los derechos de las personas”, señaló en su homilía esta jornada.
Asimismo, sostuvo que “el Poder Judicial es el custodio de la Constitución Nacional, por lo que debe ser celoso de su independencia de otros poderes del Estado y de otros poderes contantes y sonantes”.
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“En este sentido, para que los ciudadanos sean iguales ante la ley en derechos y garantías, es fundamental que, en el ejercicio de sus funciones, el Ministerio Público y la Corte Suprema administren y sopesen la balanza de la justicia sin interferencias amañadas”, expresó el cardenal.
Monseñor remarcó que cuando se habla de Justicia se cita también el lema “a cada uno lo suyo”, una alegoría que representa la balanza con el objetivo de igualar las cuentas entre los hombres, sobre todo cuando se corre el riesgo de fabricar y arreglar “tramposamente” la balanza para torcerla a favor y causar desequilibrios.
“Su finalidad es que en una sociedad cada uno sea tratado según su dignidad”, dijo Adalberto Martínez, a la vez de mencionar que en Paraguay se están viviendo “tiempos difíciles, de una profunda crisis moral, de la ética, de balanzas torcidas en la justicia”.
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“Tiempos de balanzas peligrosamente desequilibradas, que contradice radicalmente el querer de Dios, donde en algunos casos se actúa como enemigos de la cruz de Cristo atropellando la dignidad del inocente”, remarcó.
Sobre el punto, hizo un llamado a la conversión y a la acción de los bautizados y todas las personas de buena voluntad que ocupan cargos de responsabilidad pública y tienen en sus manos la libertad, los bienes y la vida de las personas.
“Exhortamos a los abogados, fiscales, jueces, magistrados bautizados a ser testigos creíbles de Jesús en sus ámbitos de competencia; con coraje evangélico, sin sometimientos a poderes fácticos, capaces de jugarse por la Verdad para administrar y hacer justicia con balanzas justas y equilibradas sin otros intereses que defender la justicia, la dignidad de las personas”, finalizó.