Monseñor Ricardo Valenzuela, obispo de Caacupé, recordó durante la misa en la capital cordillerana las marchas que se realizarán este 25, 26 y 27 de marzo en Asunción, convocadas contra el gobierno. La primera, encabezada por organizaciones de varios sectores; la segunda, por parte de partidos de oposición y la tercera, por la Federación Nacional Campesina, que además apoyará a los partidos, por lo que se espera gran concurrencia. Los reclamos apuntan contra la intrusión del crimen organizado en las instituciones del Estado y las falencias en los servicios públicos.
“Nosotros los pastores tenemos el deber de animar y exhortarles a quienes acudirán a estas jornadas, que se integren en un auténtico encuentro cívico con el fin de formular los legítimos y justos reclamos sociales”, expresó el obispo de Caacupé.
Instó además a marchar de forma pacífica, como todo “paraguayo de bien”, y evitar las confrontaciones. “La violencia en todas sus formas solo engendra violencia; y sin darnos cuenta nos sumerge en una espiral no fácil de detener”, resaltó Valenzuela.
En su homilía, casi al final, recordó que mediante los sufrimientos que padeció, Jesucristo aprendió a obedecer, y además decidió morir por cada una de las personas para que puedan alcanzar la paz verdadera.
“Pidamos a él que proteja a todos los hombres, mujeres y jóvenes y que alcancemos los objetivos por medio del diálogo, la concordia y el entendimiento sincero”, exhortó el responsable de la Diócesis de Cordillera.
Manifiesto. Los paraguayos residentes en el exterior también se manifestaron desde ayer y seguirán con estas movilizaciones en diferentes países en los siguientes días, en contra de la corrupción y el autoritarismo.
En un pronunciamiento que llamaron “manifiesto del marzo paraguayo migrante”, desde España, hicieron énfasis en que no son ciudadanos de segunda clase. “Somos trabajadores, estudiantes, familias que contribuimos con remesas al desarrollo de nuestro país, y exigimos ser reconocidos con plenos derechos políticos y sociales”, señala el texto.
También denunciaron la manipulación de las instituciones democráticas y las medidas políticas que dificultan la participación de los migrantes, como la eliminación de la inscripción automática.
“La corrupción enquistada en el poder nos impide ejercer nuestro derecho al voto libre y transparente. Se nos niega la participación en la vida política de Paraguay, se nos margina de las decisiones que afectan a nuestro pueblo y a nuestras familias. Pero hoy decimos basta”, señala el manifiesto.
Por ese motivo, las organizaciones de migrantes exigen la renuncia de los ministros del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) y de los responsables de inscripciones, “por su ineficiencia”.
Al mismo tiempo, exigen que se realice la inscripción de un millón de paraguayos y paraguayas en el exterior en el padrón electoral para diciembre de 2025, para garantizar el acceso al derecho fundamental del voto.
También piden el retorno al voto por papeleta, para asegurar un sistema electoral transparente, verificable y libre de manipulación digital. Y, finalmente, políticas públicas urgentes para la migración y sus familiares en Paraguay.