La denuncia publicada por Tamara, una joven que, harta del acoso, compartió en su cuenta de Twitter un video en el que escracha a un trabajador de una estación de servicios por haberle silbado a modo de “piropo”, volvió a desatar el cuestionamiento de qué está permitido que le digan a una mujer en la calle o en el trabajo y qué no.
Aunque muchos minimicen un simple silbido, la mayoría de las mujeres que caminan por las calles solas lo hacen con temor.
Si bien los datos oficiales hacen hincapié en que los principales casos de feminicidio provienen del entorno familiar, afuera, en las calles, las mujeres deben convivir día a día con “piropeadores” que silban, dicen improperios o manosean a una mujer, pero aseguran que no son potenciales violadores o asesinos por ello.
En lo que va del año, seis mujeres ya fueron asesinadas por sus parejas y hay decenas de denuncias de casos de violencia hacia las mujeres a diario. Pero las mujeres no solo son violentadas o menospreciadas en las calles o en el entorno familiar.
En el ámbito laboral, además de padecer constantes galanteos por parte de compañeros de trabajo y jefes, deben demostrar que están capacitadas para ocupar el puesto para el que fueron asignadas.
Por ello, también van en aumento las denuncias por acoso laboral, tanto ante el Ministerio de la Mujer como ante el Ministerio de Trabajo.
Las principales denuncias giran en torno a las trabajadoras que regresan del reposo por maternidad. Muchas llegan y no encuentran su puesto laboral, no tienen designaciones o se les designan funciones nuevas sin previo aviso. Otras quejas presentadas son por burla, tanto de los superiores como de los compañeros.
Datos de la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos (Dgeec) refieren que, en promedio, las mujeres con cargos directivos ganan G. 2 millones menos que los hombres, por el mismo trabajo.
Una publicación de Última Hora revela además que la brecha salarial entre hombres y mujeres se profundizó durante 2018, año en el que el sector masculino percibió un 27,8% más de salario que el femenino, según los datos proveídos por la Encuesta Permanente de Hogares Continua 2018. El promedio de ingresos de la población masculina fue de 2.800.000 guaraníes, mientras que el de las mujeres fue de 2 millones de guaraníes.
Por el momento, hay una propuesta legislativa del senador liberal Enrique Salyn Buzarquis, quien presentó un proyecto de ley que establece la igualdad salarial entre hombres y mujeres en los sectores público y privado. Alega que este tema esta enmarcado en lo establecido en el artículo 203 de la Constitución Nacional.
Hoy, en el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, la movilización es por los derechos económicos. También para que dejen de menospreciar el trabajo de la mujer y sus decisiones y se guarden sus galanteos. Hoy, más que nunca: “¡Insistimos! Nuestro Trabajo vale”.