La autoestima se puede definir como la autovaloración que cada uno tiene por sí mismo, es un poderoso recurso que tienen los niños, niñas y adolescentes, es por ello que la licenciada Marian Piñánez, sicóloga muestra las estrategias para promoverla y en ocasiones mejorarla.
La infancia y la adolescencia son etapas claves para la formación de la autoestima. Además son tiempos en las que la propia estima va a fluctuar mucho, ya que hay muchos cambios y búsqueda de la identidad.
Construcción de la autoestima
La construcción de la autoestima está ligada a la mirada de mamá y papá. La autoestima no es algo innato, es decir, nadie nace con alta o baja autoestima. Se construye a medida que la persona tiene experiencias sociales.
Esta construcción tiene lugar durante los primeros años de vida, la infancia y la adolescencia son etapas cruciales. Las experiencias vividas en estas etapas, van a suponer las bases sobre las que se sustente la autoestima.
“Padres que critican mucho a sus hijos, o descalifican o hacen comparaciones, eso afecta al autoestima de los niños negativamente, porque el niño se convierte en un adolescente muy crítico y muy duro consigo mismo y muchas veces hasta desanimado y frustrado con el tema de los logros que tiene”, afirma la sicóloga.
Quienes tienen una gran autoestima con mayor frecuencia no solo se sienten bien consigo mismos, sino que también saben qué cosas hacen bien o mal; lo contrario les sucede a quienes tienen baja su autoestima.
“La autoestima se divide por áreas, en un puntaje del 1 al 10, en lo afectivo puede tener una calificación 5, en lo social 6, en lo físico 8, entonces hay personas que pueden llegar a sentirse muy bien con su área física por ejemplo, pero no en lo afectivo. Por eso es importante saber que va por partes”, explica.
Esto también se refleja en la capacidad para comunicarse con los demás, para compartir y participar en actividades, afrontar los retos, tener empatía, ser autosuficientes, creativos, disfrutar de los logros, ser asertivos y responsables.
La familia tiene un importante papel para alimentar la autoestima de los niños y adolescentes. “Valorar el esfuerzo que hacen los chicos, sin sobrevalorar. Por ejemplo, cuando hacen un dibujo, o andan en bicicleta, felicitarlos por sus habilidades”, explica Piñánez.
Según la especialista en salud mental, la autoestima se divide en dos partes: Dignidad y capacidad. “La dignidad es lo que creo que me merezco en la vida y la capacidad es lo que yo creo que puedo lograr”. Y prosigue: “La baja autoestima está muy ligada al pensamiento ‘no puedo’, es por eso que es muy importante el tema de la satisfacción del logro”, culmina.
Recomendaciones
La sicóloga ofrece algunos tips para ayudar a los niños y adolescentes a mejorar su autoestima.
- Elogiar los logros: Deben ser creíbles.
- Ofrecer palabras de aliento ante las equivocaciones.
- Creer en ellos: En sus capacidades y habilidades.
- Procurar desarrollar habilidades deportivas, sociales y artísticas: Para que encuentren algún talento.
- Evitar comparaciones.
- Evitar las críticas crueles y las descalificaciones.
- Ser un buen ejemplo: “Trabajar en nuestra propia estima ya que copian el 65% de lo que hacemos y el 35% de lo que decimos”.
