Mientras la Itaipú Binacional se jacta de sus programas de reforestación y conservación de áreas protegidas, la realidad a menos de 10 kilómetros de la usina hidroeléctrica, en Hernandarias, Alto Paraná, es totalmente otra. El nivel de deforestación en esta parte de la franja de bosques protegidos de la represa afecta a unas 300 hectáreas y, según los propios vecinos de la hidroeléctrica, el cultivo mecanizado es el principal responsable.
El problema de la deforestación por parte de agroganaderos en los bosques de Itaipú viene de años de desidia en la administración de la binacional, sobre todo bajo los gobiernos colorados, quienes incluso otorgaron permisos a clubes y agroganaderos para usar parte de su franja de protección, que algunos aprovecharon para utilizar como puertos clandestinos.
La franja de protección o poligonal envolvente de Itaipú es un área de bosques de 1.524 kilómetros que va desde Hernandarias hasta Salto del Guairá, y cuyo fin es proteger a las aguas del embalse de la represa de los sedimentos y agroquímicos que pueden afectar al funcionamiento de la hidroeléctrica.
ZONA INDUSTRIAL. La infografía muestra esta parte de la franja de Itaipú seriamente deforestada, a pesar de estar cerca de la usina, por lo que los efectos negativos no están siendo tenidos en cuenta por los administradores de la binacional.
Esta zona de Hernandarias es considerada un “polo de desarrollo industrial” para varios de los emprendimientos comerciales de alrededor, quienes incluso cuestionan la burocracia que “traba los proyectos”.
Entre estos proyectos podemos mencionar a Inversiones Araucaria SA, Montecarlo, y Arvoredo - Agro Santa Rosa, ubicados en los alrededores de la franja de Itaipú.
El condominio Costa del Lago también se encuentra en esta zona, y logró un contrato de comodato con Itaipú en el 2015 para utilizar 6.200 metros cuadrados, a cambio de reforestar 13,5 hectáreas.
Los mismos reconocieron que el área se encontraba degradada y señalaron que fue a causa de la explotación no autorizada del suelo, y en otro momento indicaron específicamente que era “un suelo degradado por el cultivo de soja en áreas verdes”.
En esta zona también la Itaipú inició supuestamente trabajos de reforestación a partir del proyecto, impulsado en el 2014 por el entonces director James Spalding, y para el cual logró la aprobación para pedir un préstamo de USD 11,5 millones al Banco Continental.
